Por contra, no pudo tocar metal, Laura Martínez, que se quedó a las puertas del bronce. “Ella ha sido la gran sorpresa. Nadie esperaba que pudiera alcanzar las semifinales, pero es una mujer supertrabajadora, y quizá el hecho de tener expectativas menos altas le ha quitado presión y ha competido mejor. Se le vio muy concentrada en todos los combates  y, de hecho, logró uno de los mejores ipones de todo el campeonato”.

Ai Tsunoda y Tristani Mosakhlishvili tenían opciones muy claras a priori de medallas, pero no pudo ser.  El hispano-georgiano, conocido como Tato, llegó hasta las semifinales, pero le faltó un pasito más. En los combates vespertinos, se quedó fuera de la final, primero, y después perdió el combate con el bronce.  La joven Tsunoda, de padre japonés y madre francesa y ambos exjudocas, demostró que es una de las grandes promesas del deporte español a sus 22 años. Se plantó en cuartos y perdió, pero ganó el repechaje y se metió en la lucha por el bronce. Sin embargo, en el combate final fue derrotada. 

“Es evidente que las medallas olímpicas son carísimas y más en una disciplina como el judo que en muchos países es un deporte muy valorado y potenciado. Los deportistas están protegidos económicamente y se pueden dedicar profesionalmente al judo. Competir contra esto, no resulta nada fácil. El deporte es cosa de deportistas y también de instituciones y a la mejor hay que replantearse el modelo”, asegura.

Yamila tiene depositadas fundadas esperanzas en Nicoloz Sherazadisshvili, “Niko”   “Ha pasado de ronda y es una opción muy buena porque es primero del ranking, ha sido campeón del mundo este año y sin duda puede estar ahí”