Ligada a toda esta reflexión, he escuchado a jóvenes responsabilizar a las autoridades, de que se han quedado sin fiestas de las que se hacían en los jardines del parque, de que también se han quedado sin ninguna discoteca en el pueblo y sin entrar en discusiones partidistas, me gustaría dar mi opinión al respecto, como madre con hijos en esas edades.

Hace un momento me entero de que "escudándose" en este hecho de que los chicos "no tienen nada", para divertirse en Tomelloso, alguien está organizando autobuses para que los jóvenes tomelloseros, puedan ir a ferias de otros pueblos, como una salida loable, a todo eso de que en Tomelloso "no hay nada" para ellos. Autobuses que solo hacen un viaje de ida, a las 11:30 de la noche y otro de vuelta a las 7 de la mañana. Por lo que la supuesta hora de llegada a sus casas, entre trayectos de autobús y a pie hasta su hogar, me parece lo suficientemente estrepitosa, como para verme en la necesidad de escribir este artículo. Porque estamos hablando de menores de edad, en la mayoría de los casos.

Y no puedo evitar realizar este análisis que deseo compartir con todos ustedes.

Me pregunto: ¿realmente no hay formas de divertirse en Tomelloso? En caso de poner autobuses, ¿no se pueden poner más trayectos en la noche, para que los jóvenes puedan volver a una hora más razonable? ¿O eso ya no sería rentable para los organizadores? Y me pregunto también: ¿por qué estas personas que organizan los autobuses, en aras de hacer válida esa empatía con los jóvenes, no invierten en montar un negocio para ellos, en su propio pueblo? Porque a veces parece que las necesidades de unos, se convierten en oportunidades para otros.

Todas estas cuestiones me llevan a pensar en la responsabilidad privada, no sólo en la pública.

Esta medida de los autobuses para desplazar a nuestros jóvenes (concretamente este fin de semana me hablaban de casi doscientos jóvenes desplazados en varios autobuses llenos), ¿es la solución más adecuada que puede plantear la iniciativa privada?

Y no puedo evitar tampoco, el pensar en la responsabilidad de los padres, que justificamos que nuestros hijos menores de edad, se desplacen una noche entera fuera de su pueblo, hasta el amanecer, con todos los riesgos que eso conlleva (riesgos en carretera y riesgos de otro tipo, debido a las altas horas en las que se encontrarían de fiesta), sólo porque "los chicos no tienen donde divertirse en Tomelloso".

La última pregunta que me hago y quería compartir con ustedes, es: ¿qué está pasando con nuestro sentido común? ¿Dónde está nuestra corresponsabilidad con los más jóvenes?

María Victoria Jiménez Quevedo.

Presidenta de la Asociación Provincial de Familias Numerosas.