Lánguida ausencia de tus besos de agua dulce

en el multiverde florecido,

entre travertínicos pasos,

enhebra gigante aguja con hilos de verde y plata.

Eres espejo semiinconsciente

que arropa el misterio

de la muda masiega en calma.

metrópoli de mil especies que nos guían

en el paseo de la puesta del sol

rabiosamente hermosa,

donde unos grillos criquean melodías

que parecían por mí olvidadas.

Saludan tres azulones pomposos

con su estela de verde y plata;

descubrimos miguitas en una bolsa tal vez olvidada

que pueden servir de banquete a los lucios

o tal vez a una carpa.

Fantasmas de encina y sueño galopan

por la meseta del monte en calma,

pues ya la noche es próxima

y empieza a ser cerrada.

La luna se asoma pícara

por entre los altos guardias,

álamos que custodian la laguna

en la incipiente noche

que promete ser estrellada.

¡Ay luna, mi luna llena de agosto,

alúmbranos en esta calma,

no dejes perder en él

 tu eterna promesa de agua!