El origen de la palabra “opinión”, se encuentra en el latín "opinio" que significa expresar juicios, criterios o punto de vista propios sobre diferentes temas. Las opiniones son juicios, valoraciones que pueden en circunstancias elevarse hasta el estatus de “público” asumiendo el valor de dictamen absoluto o sentencia .
Ya Platón, en uno de sus diálogos, más precisamente en la “La Republica”, reflexionaba sobre el concepto de las opiniones. En el mito de las cavernas, el filosofo, representa o identifica la opinión general con la sombra proyectada en la pared, que se enfrenta a la realidad objetiva fruto del conocimiento. "Parece increíble pero después de más de 2300 años seguimos cayendo en el mismo error. El error de no saber discernir bien entre el mundo “sensible” que genera su opinión sobre una base sensorial, y un mundo “inteligible” que basa su razones sobre un fundamento objetivo y racional. Según Platón la opinión tendría que presentar un fin justo y seria el de encontrar un juicio imparcial y honesto sobre las cosas".
"En la sociedad actual estamos viviendo un rápido e inexorable proceso involutivo, en el cual cada vez nos alejamos de este fin, tan puro e ideal. Una opinión sana que se basa sobre un sólido conocimiento o una base lógica puede ofrecer una gran fuente de crecimiento, de aprendizaje y desarrollo. Sin embargo en el caos informativo que reina supremo en el panorama actual, las opiniones han perdido gran parte de su función adecuada".
Uno de los problemas de base reside en la anarquía informativa que alimenta la desinformación. El exceso de “información”, la infoxicación y en especial modo la de dudosa calidad, gracias a la facilidad de acceso a múltiples plataformas “divulgativas” ha conducido a un descontrol basal total. La propagación sin control de múltiples canales de acceso a la “información” o “pseudoinformación, ha generado el caldo de cultivo ideal a la proliferación de opinionistas de todo tipo y categorías.
Las opciones se han multiplicado de forma exponencial ofreciendo a todos "y digo a todos la oportunidad de expresar su propio punto de vista, sin tener en consideración la consecuencias o repercusiones a nivel personal o social que esto puede ocasionar".
"La mayoría de las opiniones, en líneas generales, sobran, ya que carecen de una sana base objetiva, fruto del conocimiento básico, de ética, de moral etc. Todos y repito todos, tienen o tenemos en nuestras manos el poder de opinar, de poder expresar cualquier tipo de autentica barbarie sin tener, en la mayoría de las circunstancias, la mínima idea de lo que están diciendo y aun peor reafirmando".
"El entorno sociocultural actual es sesgado, las opiniones han alcanzado un estatus de poder destacado, sobre todo en aquellos individuos que son incapaces de generar un pensamiento paralelo o critico, que le empuje a refutar o confirmar el contenido de las mismas".
"El poder de poder opinar, sobre todo a nivel personal, es un gran poder pero en manos de perfiles psicópatas o enfermos, que inspirados por su ego, falta de empatía, envidia, sed de venganza u otro trastorno de la personalidad puede meter en evidencia o condenar a cualquiera".
"Las opiniones han ido perdiendo con el paso del tiempo su función adaptativa y evolutiva. Antes se tenían en consideración las opiniones de personas con una contrastada o aparente trayectoria profesional o especifica en determinados campos. Ahora este poder se encuentra en las manos de cualquiera que disponga de un medio electrónico que le da acceso a la red".
"Ahora, no debemos pensar, que para expresar una opinión tenemos que ser todos catedráticos, investigadores, científicos, periodistas o mentes privilegiadas, no, no se trata de esto. Aunque, si, antes de expresar una opinión que se sepa o se tenga un mínimo de conocimiento de lo que se está juzgando o sentenciando. Que se tenga o busque un mínimo de información inherente sobre el tema del cual se quiere expresar una propia opinión. No simplemente pasar del deseo o pulsión (Freudiana) a la conducta, sin tener en consideración las consecuencias. Sin activar el canal intermedio conocido como cerebro racional, y que nos diferencia de la mayoría de las especies animales".
"Pensándolo bien, el problema de base no son solo las opiniones en si, aun peor es quien las asuma como un dogma universal sin contrastar la realidad o veracidad de lo expuesto".
"El paradigma actual nos empuja a enfocar lo fácil, lo rápido y sobre todo nos dirige hacia una interpretación de los imput externos por rutas cognitivas periféricas. Sin embargo, buscar información, contrastarla, preguntarnos dudas, requiere de un esfuerzo que implicaría las rutas cognitivas neuronales centrales, y no todos están dispuestos a reactivar o encender procesos o neuronas que requieren de un cierto esfuerzo y sacrificio, pero son esenciales para generar conocimiento o pensamiento crítico. Tener un propio punto de vista, contrastar la información, es clave en la jungla informativa actual, cuyo fin es segmentar y radicalizar una sociedad cada vez más manejable".
"No quiero, ni deseo y sobre todo necesito que todo el mundo este de acuerdo con lo que "opino " sobre las opiniones. Aunque si me gustaría que se quede claro que las opiniones personales de dudosa procedencia no representan ningún tipo de verdad. No tomarlas como un postulado tajante, al fin y al cabo se basa en una interpretación puramente subjetiva. Aunque si, tendremos que aceptar el hecho que vivimos en un país de opinionistas".
Tonino Tarquini concluye esta interesante temática con las palabras de Hipócrates. Padre de la medicina y de la ética médica:
La ciencia es la madre del conocimiento, las opiniones engrandan la ignorancia.
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Lunes, 25 de Noviembre del 2024
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