“Durante los próximos días no se esperen precipitaciones en Ciudad Real y más concretamente en Tomelloso, donde la vendimia trascurrirá sin lluvia. Soplará un ligero viento de Levante que refrescará el ambiente por lo que no se espera que las temperatura los 28 grados a la sombra. Se descartan las tormentas y el temido granizo, que no aparecerá por la región en las próximas semanas. El invierno vendrá suave, e incluso bien entrada la estación no se esperan tampoco heladas severas. Ni blancas ni negras. Lluvias por la primavera, abundantes pero repartidas, con ambiente templado en torno a los 22 grados al principio de la estación, y hasta 26 acercándonos ya al verano. Feliz año meteorológico”.

Muchos tomelloseros a buen seguro que firmarían por que se cumpliera este pronóstico ficticio que acaban de leer. Con un año así, las yemas podrían abrirse y brotar sin miedo a la dañina helada; las hojas y racimos quedarían a salvo de esa llama que el cielo transporta cuando en verano sopla el viento cálido y seco a altas temperaturas; el agua del cielo no llegaría en la floración sino ya cuajando el fruto y madurando, y siempre bien repartidas las lluvias para que los hongos no encuentran en la vid un lugar propicio donde quedarse a vivir y fastidiar.