La valdepeñera María Jesús Rosales ha ganado el Premio de Poesía José Antonio Torres de la Fiesta de las Letras en su edición número setenta y tres. Lo ha hecho con “El tercer crepúsculo” que, según el jurado, es “un poema intenso y muy interesante”. Tiene claro la autora que “la poesía vino a buscarme” y que si no fuese por internet “no habría escrito nunca”.

Llevaba María Jesús Rosales mucho tiempo queriéndose presentar a la Fiesta de las Letras de Tomelloso en general y al Premio José Antonio Torres en particular, pero «me intimidaba un poco, me daba miedo concurrir porque lo considero muy importante». La poeta valdepeñera echó este año un cuarto a espadas y participó con “El tercer crepúsculo”, un poema premiado por el jurado «me llamaron al trabajo para comunicarme el resultado y me puse muy contenta. Iba corriendo por los pasillos contándoselo a mis compañeros».

Tiene María Rosales una relación especial con nuestra ciudad «soy de Valdepeñas, vivo en Ciudad Real y a Tomelloso he ido mucho de pequeña con mis padres. Al carnaval, que nos los pasábamos bomba, a Pinilla a disfrutar de la romería, a la feria…». Confiesa al periodista que «siempre me ha llamado la atención, es una ciudad cuna de muchos artistas. Es por eso que me daba tanto respeto presentarme a un certamen que considero de mucho prestigio».

La poesía vino a buscarme

El jurado dijo de “El tercer crepúsculo” que es un poema “intenso, muy interesante, bien trabajado, de los queda gozo leer en voz alta. Hemos valorado, sobre todo, la capacidad de coordinar una temática con una disposición formal exquisita”. Un poema breve y muy intenso, apostilla el periodista. Asegura Rosales que esa es su forma de escribir «tengo muchos poemas así y “El tercer crepúsculo” es otro hijo mío». María Jesús Rosales viene de la poesía clásica, asegura, «por eso, fue una novedad para los jueces detectar el ritmo del poema. Les parecía raro que dominase la métrica, en “El tercer crepúsculo” mezclo endecasílabos con heptasílabos. Por mi formación clásica tengo que hacer un esfuerzo para escribir verso libre».  Tiene un truco esta poeta que cultiva el soneto para el verso libre «uso la métrica y el lector, aunque no sepa de poesía clásica, siente el ritmo». Un recurso que utilizan muchos poetas «Luis Alberto de Cuenca, uno de los mi8embros del jurado lo usa mucho».

Lleva quince años escribiendo, «y como la vida nos lleva a cada uno por donde quiere, la poesía vino a buscarme». Tuvo la suerte de descubrir un grupo de poesía en las redes sociales «y que una señora estupenda, profesora y filóloga, que tiene un taller de poesía, me enseñó de manera gratuita». Después llegaron otras personas que han ido enseñando a María «todavía más». Aunque apunta que se ha esforzado mucho por aprender y mejorar, leyendo y escribiendo mucho, «insisto en confesar que la poesía viene a buscarme a mí».

En internet conoció a José Pozo, el poeta de Tomelloso que este año ha ganado el Premio Ángel López Martínez de la Fiesta de las Letras «nos conocemos desde hace muchos años, pero de manera virtual, no en persona». Ambos se “desvirtualizarán” el próximo 30 de agosto «nos gustaba como escribía cada uno; siempre he sido una admiradora de José Pozo. Me parece maravilloso que nos conozcamos en la Fiesta de las Letras».

Habla María Jesús Rosales en “El tercer crepúsculo” «de temas recurrentes y muy poéticos como el amor o la muerte». Centrado en la muerte, el poema ganador en Tomelloso es un canto a la vida, el protagonista colige que «la muerte no existe, tras ella llega otra forma de vida, en una flor o en un pájaro».

Sin internet no habría escrito nunca

Internet y las redes sociales han supuesto un nuevo impulso a la poesía «de hecho, en 2020 el Premio Espasa de Poesía lo ganó el venezolano Rafael Cabaliere, que nunca ha editado un libro y le dieron ese galardón porque escribe en internet». El del venezolano es un caso paradigmático, pero en el caso de nuestra entrevistada «si no fuese por internet, no habría escrito nunca. En mie entorno nadie escribe, nadie entiende la poesía, ni siquiera mi pareja». Y es que Rosales ha encontrado en las redes «gente como yo. A José Pozo o a mi profesora, los encontré en maravillosos viajes en internet. Todo lo que escribo es público, tengo un blog y perfiles en las redes, mis maestros y mis lectores están ahí. Sin internet no habría podido escribir nunca jamás».

Deseaba el jurado que el premio le sirviese a la poeta laureada “para publicar más”, suponemos que en papel. Aún así, María Rosales no echa de menos un “poemario físico” «escribo en una revista digital de la que fui directora, tengo un poemario digital, he escrito libros con amigos y lo hago, como digo en las redes sociales». Ahora ha mandado un libro de poemas a una editorial «que no sé si me lo van a publicar». Tiene claro que no va a echar mano de la autoedición «eso no me gusta. Participo en los concursos porque premian la calidad y, con suerte, te publican. Autopublicarse un libro creo que no tiene ningún valor».