La Gala de Zarzuela volvía a presentar un reparto de lujo con Alicia Hervás, Juanma Cifuentes, Ángela Cano, Enrique Ferrer y Antonio Torres. La Orquesta Filarmónica de la Mancha, bajo la dirección de Francisco Antonio Moya, y un Coro preparado para la ocasión.

Primera parte

Comenzó la VII Gala de la Zarzuela —una actividad gratuita, como saben nuestros lectores— con el Preludio de El Caserío, de Guridi. La Filarmónica de La Mancha dirigida por Francisco Antonio Moya metió al respetable, melodías norteñas mediante, en materia. Enrique Ferrer nos ofreció la delicada romanza “Bella enamorada”, de El último romántico de Soutullo y Vert. Soplaba una samaritana brisa que parecía enjugar nuestro sudor, pero un cercano termómetro indicaba que estábamos a 32 grados.  

El barítono Antonio Torres fue el siguiente en aparecer en el escenario de la plaza con “Madrileña bonita”, la bella —valga la redundancia— romanza de La del Manojo de Rosas. A continuación, Alicia Hervás intervino con “Romanza de Aurora”, de La parranda, con la participación del coro.  A estas alturas de la noche, el público ya estaba entregado. “Los nazarenos” de Sol de Sevilla de Padilla fue el número que interpretó Juanma Cifuentes. El tenor, como acostumbra, se dejó notar y su salida al escenario fue un regocijo en el público. Se cambió el cantante sobre el escenario para atacar una celebrada pieza de El barberillo de Lavapiés, “Lamparilla fui, lamparilla soy”. Con “¿Por qué se ha de mentir a la gente?” de María Manuela, de Moreno Torroba, la socuellamina Ángela Cano enseñaba su buen hacer al público de Tomelloso. Todas las intervenciones de los solistas durante sus actuaciones en solitario se saldaron con aplausos y bravos. Los cuatro cantantes interpretaron “Cuarteto y Caleseras” de El barberillo de Lavapiés. Y con aires manchegos, los de las “Seguidillas” de Pan y Toros de Asenjo Barbieri, llegamos a descanso.

Segunda parte

Con la alegría del “Fandango” de Doña Francisquita volvíamos de la pausa, no solo no se había movido nadie de la plaza sino aumentó el numero de espectadores durante el receso. Alicia Hervás y Antonio Torres encandilaron al respetable con “Habanera” de La del manojo de rosas. Refrescante y desenfadado —falta hacía— Juanma Cifuentes nos ofreció como él sabe el “Foxtrot de los abanicos” de Jacinto Guerrero. Alicia Hervás y Enrique Ferrer bordaron el “Dúo de Marola y Leandro” de La tabernera del puerto.

Francisco Antonio Moya y la Orquesta Filarmónica de La Mancha interpretaron el veraniego “Intermedio” de La boda de Luis Alonso, para dar paso a otro número que arrancó las carcajadas del respetable. El “Pasacalle de la escalera”, con Juanma Cifuentes, acompañado de Javier Benito y José Manuel Padilla, al que sus compañeros cantaron el Cumpleaños feliz. La “Canción de marabú” de Doña Francisquita y “Bisturí, Bisturí”, de La Rosa del Azafrán, números en los que intervinieron los solistas y el coro, acabó oficialmente la VII Gala de la Zarzuela con la sincera y sonora ovación del público. Torres, acompañado del coro ofreció como propina “Ay mi morena”, de Luisa Fernanda.

Inspección de trabajo

El concierto acabó con dos inspectoras de Trabajo impidiendo que los participantes en el recital bajasen del escenario hasta que se identificaran. La situación provocó sorpresa y malestar entre músicos y cantantes, además de generar algún momento de tensión. La teniente de alcalde, Eloísa Perales, que estaba en la Gala junto a la concejala de Cultura, Inés Losa, trasladó su queja a las funcionarias, siendo consciente de que cumplían con su trabajo, por las formas empleadas.