“En el Teatro Cervantes se ha celebrado con gran brillantez y esplendor, la fiesta de las Letras, organizada por la Delegación local de la Vicesecretaría dé Educación Popular y la de Cultura y Arte de la Obra Sindical de Educación y Descanso, con motivo del primer concurso literario patrocinado por el Ayuntamiento de esta ciudad.

Dio comienzo el acto con una sencilla y breve alocución del R. P. Pedro Benítez García, Superior de la Orden Carmelitana de esta, glosando el alto significado de esta fiesta, modesta si se quiere y sin elevadas pretensiones, pero que marca un jalón espiritual en la aridez de este vivir de apetencias materialistas del que se desprende momentáneamente, cual Don Quijote, para hacer su primera salida al dilatado campo de las letras, en aras de hacer que prenda en todos cual alimento espiritual que robustece el alma y crea aptitudes gloriosas en el pensamiento”.

De esta manera, con la prosa épica y altisonante de la época, Jeremías Navarro, corresponsal del Lanza, relataba el 20 de septiembre de 1944 la primera Fiesta de las Letras de Tomelloso. Comenzaba, con ese acto austero, sin adornos, sin reina y damas, a forjarse la Atenas de La Mancha, institucionalizando la aventura literaria y artística de la ciudad que se gestó cien años antes gracias a la denominada “poesía de quintería”.

La concejala de Cultura, Inés Losa, recordó este 30 de agosto con una copia la conmemoración del primer programa de la entrega de premios de la primera Fiesta de las Letras que tuvo lugar el 12 de septiembre de 1944, en el Teatro Cervantes de nuestra ciudad. Además, la edil explica en el folleto que “Tomelloso, pionero en muchos ámbitos”, lo es también en el arte y la literatura, “nuestra Fiesta de las Letras fue creada en 1944, el mismo año que el premio literario más antiguo de España”.

En el palmarés de aquella originaria edición hay dos conocidos periodistas de Tomelloso. El primer premio, en prosa, fue para Francisco Adrados Fernández, que en 1946 fundaría “Albores de Espíritu”. Ganó con el trabajo titulado “Tomelloso en la ruta del Quijote”. Javier Martínez de Padilla, periodista internacional y descendiente de El Obrero, logró el cuarto premio con el poema “Pregones manchegos”. Completaban el cuadro de honor, el director de El Diario Montañés, Manuel González de Hoyos; el poeta de Alcázar, Vicente Galera y José Perdomo García, seudónimo con El Obrero se presentó al Certamen.

Además, hubo menciones honoríficas al entonces subdirector del diario provincial Lanza, Carlos María San Martín; a Fray Carlos Martín, carmelita de la residencia de Tomelloso; al director de la banda municipal de música, Pedro Echevarría Bravo; “a Federico Romero de Madrid y a Francisco García Pavón de Tomelloso por sus trabajos presentados a los distintos temas”. 

                                           

Benítez, Navarro y Pavón

En la creación de la Fiesta de las Letras hubo dos personajes fundamentales, el padre Pedro Benítez, profesor del colegio Santo Tomas y el corresponsal de Lanza, Jeremías Navarro. A ellos se unió Francisco García Pavón, que fue el alma de la Fiesta, el artífice de que la celebración adquiriese una gran importancia en el mundo literario.

Lo más difícil ya estaba hecho, crear un certamen cultural de este tipo en una época gris, agostada y en la que entre las necesidades perentorias no estaban las espirituales. Pero tuvieron que pasar siete años hasta la segunda edición de la Fiesta de las Letras. A partir de entonces no ha dejado de celebrarse salvo en dos ocasiones, en 1957 “por no encontrar muchachas que den el perfil de reina y damas” y en 2020 por la pandemia del coronavirus. Aunque en 1964 se celebra el certamen, todos los premios quedan desiertos porque a juicio del jurado, los trabajos presentados “carecen de la calidad suficiente para ser galardonados”. Hasta ese año va a llegar esta primera aproximación a la indisoluble relación de este periódico con la Fiestas de las Letras.

La segunda edición de la Fiesta de las Letras tuvo lugar el 16 de septiembre de 1951 en el Teatro Principal. Se presentaron 132 trabajos y volvieron a ser premiados Javier Martínez de Padilla, Pedro Echevarría Bravo y Manuel González de Hoyos.