Durante el festival, la alcaldesa de Argamasilla de Alba, Sonia González, y la concejala de Festejos, Clara Hilario, subieron al escenario para hacer entrega de unas placas conmemorativas a los tres grupos participantes, en reconocimiento a su contribución al festival y a la preservación de las tradiciones. En su intervención, González expresó su satisfacción por ver el patio de la Casa de Medrano completamente lleno, lo que, en sus palabras, "pone de manifiesto que el folklore sigue vivo y es parte esencial de nuestra identidad". Además, agradeció al público por su asistencia y apoyo constante, elementos clave para la continuidad del festival

El grupo toledano Coros y Danzas Aires de Ronda abrió el evento con una actuación que incluyó piezas como la Jota del Carpio, Seguidillas de Piedralaves y el Fandanguillo de los Toricos. Con más de tres décadas de historia, este grupo ha llevado la tradición manchega a escenarios de toda Europa, y su participación en el festival reafirmó su compromiso con la preservación del folklore local.

La noche continuó con la vibrante actuación de la Agrupación de Proyecciones Folklóricas Alegrías y Tradiciones de Panamá, un grupo que, a pesar de su reciente creación en 2016, ha logrado destacarse tanto en su país como en diversos eventos internacionales. La agrupación ofreció un repertorio que incluyó la Cumbia Santeña, la Cumbia Chorrerana y el Duelo de Zapateadores, mostrando la rica tradición cultural panameña. La presencia de este grupo fue un testimonio del estrecho vínculo cultural que une a los pueblos de habla hispana, pese a la distancia geográfica.

El cierre de la velada estuvo a cargo de los anfitriones, el grupo Coros y Danzas Mancha Verde, que desde hace más de 70 años lleva el nombre de Argamasilla de Alba a lo más alto del panorama folklórico nacional. Su actuación incluyó piezas emblemáticas como la Jota de los Molinos, la Malagueña y la Jota del Lugar Nuevo, que resonaron con fuerza en el histórico patio, cerrando con broche de oro una noche mágica.

El 45º Festival Nacional de Folklore "Mancha Verde" no solo reforzó los lazos culturales entre España y Panamá, sino que también subrayó la importancia de mantener vivas las tradiciones populares como un legado que debe ser transmitido a las futuras generaciones.