El juego continúa. Andrés Iniesta escenificó en un acto multitudinario el punto final a una carrera deslumbrante después de 22 años. Como cuenta el redactor de Mundo Deportivo, Sergi Solé, a los 40 arranca una nueva era y pasará por los banquillos sin llegarse a plantear aún si su meta es volver al Barça: "El fútbol ha sido mi vida. La construcción del día después se ha ido haciendo a través del tiempo. Necesito formarme a través de las academias, un legado que me gustaría seguir manteniendo y desde ya estoy empezando con el curso de entrenador y quiero seguir por ahí. Los que me conocéis, sabéis que soy bastante cabezón y espero seguir por ese camino haciéndolo bien. Siento orgullo de haber peleado y trabajado hasta la última gota y el último día que fui futbolista. El resto son títulos y derrotas pero el orgullo y no rendirme nunca me hace estar muy feliz. Habría jugado hasta los 90 años. ¿El Barça? Espero que Hansi Flick esté aquí mucho tiempo ya que eso significará que nuestro club ha logrado muchos éxitos. Aún no he hecho la primera clase pero el objetivo es ser entrenador".
Tras la insistencia en la rueda de prensa, no escondió su siguiente sueño: "Me gustaría volver al Barça pero cuando pueda estar y me sienta bien para estar. Estaría encantado si se dan las circunstancias". Y como entrenador, se ve "con el perfil Iniesta".
Junto a su esposa, Anna, sus cinco hijos, sus padres y el resto de la familia, incluido su abuelo materno llegado desde su Fuentealbilla natal y una nutrida lista de rostros ilustres del mundo del fútbol que han estado siempre muy vinculados, Iniesta repasó en la America's Cup Experience ante unas 500 personas una aventura que no habría imaginado ni en sus mejores sueños. Desde las calles de su pueblo, los campos de un Albacete del que salió a los 12 años y llegando a La Masia para llorar muchas noches alejado de los suyos derramando lágrimas como las que no pudo reprimir en su adiós. "El viaje de mi vida es este. De Fuentealbilla a Barcelona. Hoy me acompañan quienes hicieron el viaje conmigo: mis padres y mi abuelo", dijo con la voz entrecortada.
Emocionado
Ya había avisado al inicio del acto: "Espero que me permitiréis que me empocione hoy. Nunca pensé que llegaría este día. Realmente nunca lo imaginé. Las lágrimas de estos últimos días no son de tristeza sino de orgullo de este niño de Fuentealbilla que tenía el sueño de ser futbolista. Sólo quería ser jugador de Primera División. Lo conseguí. Lo conseguimos después de mucho sacrificio y esfuerzo. Esos valores han sido imprescindibles en mi vida y me siento orgulloso de ese camino. Me siento muy feliz de tener el premio de ser futbolista. Este camino ha sido como un cuento porque he vivido lo mejor que se puede tener en una carrera".
No lamenta nada de su carrera. Ni no haber ganado un Balón de Oro: "Lo mejor de todo es aquella foto con Leo y Xavi. El premio era eso. Da igual quién lo ganara". Y tampoco pudo elegir entre el gol al Chelsea en Stamford Bridge en la semifinal de la Champions de 2009 y el de la final del Mundial-2010 ante los Países Bajos.
Nada habría sido posible sin su gente y La Masia. "La familia ha sido mi motor. Ahora tengo mi propia familia, con mis seis peques", confesó recordando al que perdió en 2014 y que le sigue acompañando desde el cielo. Vivió junto a otros canteranos en la mejor escuela para todo: "La Masia marcó nuestras vidas y fue un motor de vida".
Andrés ejerció de hilo conductor de los distintos capítulos futbolísticos agradeciendo a sus entrenadores como los de Albacete, Llorenç Serra Ferrer por subirle a entrenar con el primer equipo, Louis van Gaal por hacerle debutar en Brujas en 2002, Pep Guardiola por hacer posible "el mejor equipo y ver a la afición disfrutar deseando llegar los partidos para jugar", y también Luis Enrique, con quien ganó otro triplete de entrenador 14 años después de que le acompañara a entrar al vestuario antes de su primer entreno. La admiración de todos ellos hacia Iniesta, como la de Vicente del Bosque, fue verbalizada en sendos vídeos en que se rindieron a su pasión por el balón y su gran dimensión humana.
También habló de la selección española, con la que ganó dos Eurocopas (2008 y 2012) y un Mundial (2010) tras aquel gol mágico en Johhannesburgo. Dio las gracias a Luis Aragonés, Vicente del Bosque y Julen Lopetegui "por el respeto y cariño" recibido. "Ese gol del Mundial lo marcamos todos. Sin la magia de todos no habría sido posible. Dani Jarque también lo hizo posible desde donde estuviera", dijo antes de saludar desde el escenario al padre del malogrado defensa del Espanyol y el que fuera su agente, Mágico Díaz. Y no quiso olvidarse de sus etapas en el Vissel Kobe (2018-2023), al que llevó a conquistar sus tres primeros títulos, y el Emirates Club (2023-24) hasta colgar las botas.
Iniesta quiso despedirse con tres menciones especiales. Primero a todos los que le admiran, a su madre, Mari, y a su esposa, Anna: "Me gustaría hacer llegar mi agradecimiento a toda la gente que en algún momento me han visto en un campo o en la calle y que me han aplaudido o me han transmitido su cariño. A mi madre no le gusta que hable mucho de ella. Me gustaría agradecerte todo el sacrificio que hiciste por mí y por mi hermana. Y a mi mujer, Anna, no tengo palabras para describir lo que siento por ti. Soy un privilegiado por estar compartiendo esta vida contigo, principalmente por la persona que eres. Te respeto y te admiro. Hemos formado esta maravillosa familia y eres nuestro espejo. Te agradezco que me aguantes porque no siempre es tan bonito".
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