Asegura Cristina, técnico superior de estética, que lo que hace es algo que  cuesta mucho darlo a conocer. “Hay muchas mujeres operadas de cáncer de mama que cuando terminan su proceso hospitalario nos les informan sobre esta opción que tienen. Como trabajo de forma privada, no voy por la Seguridad Social, cuesta un poco”.  Explica que la micropigmentación “es una técnica que permite llevar un maquillaje semipermanente  en cejas, ojos o labios. Yo  me especialicé en areolas, la zona que rodea al pezón, para mejorar la imagen de mujeres que han sido operadas de cáncer de mama y los resultados son muy buenos porque acaba pareciendo una areola de verdad y suaviza en buena medida el impacto de las mujeres que han pasado por un cáncer de mama. Les ayuda mucho anímicamente”.

Diez años lleva trabajando en este campo una excelente profesional que se muestra satisfecha del camino andado. “Donde más suelo trabajar es en cejas, ojos y labios, porque afortunadamente lo de las areolas no es una cosa que surja todos los días. A lo mejor se hace una cada dos o tres meses”. 

Suele emplear dos horas en el trabajo de una areola. “Hay mujeres que vienen con una y mujeres que vienen con dos. En las que vienen con una intentamos simular la areola sana, imitando la forma y el color. Los resultados son espectaculares”. Cristina resalta la importancia de que las mujeres se sometan a los  cuidados “de una persona que tenga la titulación correcta. Este oficio se lleva practicando desde hace más de veinte años,  pero se puso de moda a partir de la pandemia. Íbamos todos con mascarilla y entró una especie de fibra por cuidarse las cejas y los ojos porque era lo único que se nos veía. Ahora todo el mundo quiere una ceja perfecta, una delineado de ojos bonito o unos labios que llamen la atención por su color ”.

Cristina Rodrigo respeta y comprende ese afán de mujeres por cuidar su imagen. “Es cierto que puedes pasar perfectamente por llevar el ojo maquillado, pero la ceja ya no es un capricho en personas que  tienen poco pelo, a causa de una alopecia o un cáncer, es una necesidad. Y económicamente se puede afrontar sin problemas, aunque las circunstancias son diferentes y siempre habrá gente que pueda y gente que no pueda”. En su clínica, le ayuda Andrea, que se dedica solamente a la estética.

Cristina lanza un precioso mensaje de vocación y amor por su trabajo. “Para mí ir a trabajar no supone ningún lastre, es algo que disfruto muchísimo y trato de poner toda la sensibilidad y delicadeza, sobre todo con esas pacientes oncológicas  que son personas que vienen muy tocadas emocionalmente y deciden ponerse en mis manos. Se desnudan física y emocionalmente y es un momento de mucha intimidad, muy bonito. Es un trabajo muy gratificante”.

Colabora con Lanzasueños, el proyecto que encabeza Montse Jiménez. “Colaboro con esta asociación que está realizando una labor impresionante y les aplico un descuento a todas las mujeres que pertenezcan a ella. El pasado viernes, con motivo de una cena benéfica, tuve oportunidad de contar a las mujeres en qué consiste mi trabajo”.