La expedición tomellosera fue recibida el patio de caballos y tras un caldo de temporada tuvo lugar una visita a los salones de la ganadería, con todas las paredes llenas de recuerdos de los toros más famosos que han tenido, plasmados en fotografías y pinturas.

Acomodados en remolques, los de la Peña Taurina admiraron la camada de la temporada 2025, incluida una corrida para la Feria de San Isidro de Madrid. Conocieron las parideras todas las vacas madres con algunos de sus becerrillos, los utreros y los novillos y un corredero a caballo con todas las corridas.

El cantaor Damián Solís puso la nota musical a un animado aperitivo que dio paso a la contemplación en la plaza de tientas de Quito, un toro de más de 20 años criado a biberón. También con biberón, pudieron dar el almuerzo a un becerro rechazado por su madre. Ya en el salón del museo, los visitantes degustaron una típica comida andaluza.

Por la tarde, en la plaza de tientas, con unos en el palco y otros en el burladero admiraron a los más atrevidos y atrevidas del grupo que, capote en mano, con muleta o al alimón, toreaban una vaquilla de encaste Pablo Romero Antes, Rafael Pérez, miembro de la Peña Taurina obsequio al mayoral con una placa agradeciendo el buen trato.

El domingo por la mañana tocaba visita a El Rocío. Animado por dos guitarristas y un cantaor, a bordo de tres carretas, los de Tomelloso hicieron un pequeño camino al Rocío. Rocío del Carmen y María Dolores cantaron la Salve Rociera en el río Ajolí, que luego repitieron todos en el santuario. Pilar Ruiz hizo, en nombre de la peña, hizo una ofrenda floral a la Blanca Paloma.