Cada
24 de octubre se celebra el Día Internacional de las Bibliotecas como homenaje a
esos templos de la cultura y el saber. La de Tomelloso se llama Francisco
García Pavón, ya que la fundo hace más de setenta años el reconocido escritor. Hablamos
con la directora, Carmen Labrador, que está contenta por una intensa semana de
actividades y porque la institución ha vuelto a ser galardonada con uno de los premios María
Moliner al fomento de la lectura.
A
Carmen Labrador se le nota, y mucho, que le gusta su trabajo. Lleva dos años y
algunos meses al frente de la Biblioteca Municipal de Tomelloso. Tras optar a
una bolsa de empleo del Ayuntamiento dejó su trabajo en Madrid, en una biblioteca
de Villaverde y se vino a Tomelloso. Hablamos de lecturas, de la biblioteca y
sus retos y debatimos sobre el formato del libro: electrónico o de papel.
—¿Sintió vértigo al enfrentarse a la dirección de la biblioteca de
Tomelloso, sobre todo, por quienes le precedieron en el cargo?
—La
verdad es que sí, aunque tenía experiencia en bibliotecas y, además, soy diplomada
en Biblioteconomía y licenciada en Historia del Arte, nunca había estado en un
puesto de liderazgo. Incluso la forma de trabajar que traía de Madrid la tuve
que cambiar. Allí estaba todo más reglado y solo te dedicas a una labor; en la
biblioteca de Tomelloso toca hacer un poco de todo, desde community manager de
las redes sociales, hasta atender al usuario, la gestión de las cuentas, la dirección.
Así que sí, tuve un poco de vértigo y me abrumaba el hecho de ser la directora,
por lo que la biblioteca representa parta la cultura de Tomelloso. Y por otro
lado estaban quienes me habían precedido, Rocío Torres tantos años al frente de
esta institución y la figura de García Pavón con todo lo que simboliza.
—Con la plantilla de la Biblioteca, de todas ellas, no hace falta
usar el doble género, la mayoría son mujeres, ¿a qué cree que se debe?
—Por
lo que sé, por esta biblioteca han pasado hombres, de hecho tuve la oportunidad
de compartir con uno de ellos que hizo una sustitución. Pero sí, es cierto que
la mayoría de las empleadas del ámbito bibliotecario son mujeres. Tal vez es
porque tenemos una sensibilidad mayor a las artes, que no quiero decir con eso
que no haya hombres que no la tengan. También la mayoría de nuestros usuarios
son mujeres, más que hombres. Y más niñas que niños…
—¿Qué la mueve a dedicarse profesionalmente a los libros?
—Creo
que tengo una fuerte devoción por lo público que no había descubierto hasta
ahora. Siempre he trabajado en bibliotecas de espacios públicos, dedicada a
ayudar a la gente, pero es cuando tengo un perfil más de gestión, de toma de
decisiones, cuando soy más consciente de mi apego por lo público. Me incentiva
mucho el que la biblioteca se visibilice, que el público venga, dar voz a los
colectivos culturales… En definitiva, trabajar para el público, para la
sociedad, me resulta muy motivador.
—¿Y los libros también?
—Por
supuesto, estudie Biblioteconomía porque me gustaba leer. Por cierto, es una
carrera relativamente reciente no muy conocida. Antes de que se especializara,
esta profesión la ejercía gente de Historia, De Geografía, de Filología, de
Historia del Arte.
—¿Es fetichista de los libros? ¿Le da igual el formato?
—Lo
he sido. Ahora es verdad que tiendo más a leer en formado digital, también por
espacio. De hecho, la Red de Bibliotecas de Castilla-La Mancha tiene un portal
para el préstamo de libros electrónicos. Como he trabajado en bibliotecas he
tenido acceso a los libros que quería leer en cada momento, por ello no he
comprado tantos. Pero sí, no desprecio una edición bonita, primorosamente
ilustrada y bien encuadernada.
—Tradicionalmente la biblioteca ha sido el sitio en el que se
prestan libros, ¿ha cambiado ese concepto?
—Actualmente
se aboga por que sean lugares sociales, de convivencia. De hecho, se están
ampliando también. Ya no se trata de sitios con estanterías de libros y
mostradores, hay diferentes espacios en los que se pueda leer, hacer trabajos,
organizar talleres, estudiar… La dinámica ha cambiado y está cambiando, sobre
todo en las bibliotecas y secciones infantiles, se busca que el acceso directo
al libro sea más sencillo para los niños y niñas.
—Hablando de espacio, ¿qué sabe de la nueva biblioteca, cómo se
encuentra el proyecto?
—No
sé en qué proceso se encuentra la nueva biblioteca, pero es una necesidad real
para Tomelloso. Estas instalaciones se quedaron pequeñas hace muchos años. Me
consta que la voluntad política es y ha sido que se lleve a cabo, pero
esperemos que tarde lo menos posible.
—La biblioteca, la casa de la cultura, ha sido en Tomelloso un pilar
de esa Atenas de La Mancha de la que presumimos, esperemos que por muchos años,
¿no?
—Claro que sí, queremos seguir siendo un potenciador del gusto por las artes y la cultura de los tomelloseros y tomelloseras. La idea es hacer de esta casa un espacio abierto y que cada uno coja lo que más le pueda interesar. Hay quien viene a las presentaciones y luego no se lleva libros, otros sacan películas o está el que viene con sus hijos a los cuentacuentos. Se trata de que la Biblioteca sea un eje vertebrador de la vida cultural y social de Tomelloso.
—¿Cuál es el perfil del usuario de la Biblioteca Municipal de
Tomelloso?
—Mujer
de mediana edad sería el perfil de las personas que más frecuentan la
biblioteca. Es verdad que también vienen muchos niños. De hecho, trabajamos
mucho en atraer a los más pequeños. Agradeciendo, por supuesto la labor que
hacen los adultos, que los padres y madres los traigan, los acompañen. Con los
colegios, que nos visitan con mucha frecuencia, hacemos formación de usuarios, también
el Juego Lector del Verano.
—¿Y los jóvenes?
—La
juventud es nuestro punto flaco, por así decirlo. No solo de esta, de cualquier
biblioteca. Es muy difícil atraer a ese tramo de edad. En ese sentido, vamos a
poner en marcha un Club de Lectura Juvenil, que se ha intentado en otras
ocasiones. Lo va a llevar una de las compañeras, Sara, con la idea de salirnos
del estándar de un club de lectura al uso. Al final, los jóvenes, la sociedad,
demandan cosas diferentes, con las nuevas tecnologías y las nuevas maneras de relacionarse.
Vamos a tratar de incentivarlos usando las herramientas que ellos utilizan.
—¿Se ha planteado la biblioteca formar parte del ocio de los
jóvenes de Tomelloso?
—Con algunas
actividades pretendemos atraerlos, pero le confieso que es bastante complicado.
Estamos en la línea de averiguar como poder hacerlo. El año pasado organizamos
una mesa redonda y un taller sobre el cómic que no tuvieron la respuesta que
esperábamos.
—Varios
miles de lectores y dos clubes de lectura, parece que la Biblioteca de
Tomelloso goza de buena salud…
—Tenemos una
gran demanda de tarjetas de lector, que es constante. Y sí, tenemos dos clubes,
el García Pavón, que se forjó hace más de diez años. Gracia López, compañera de
la biblioteca e Isabel Sánchez coordinan el Club de Lecturas Compartidas con
chicos y chicas que son usuarios del CRPSL. Trata de poner en valor la lectura
en voz alta y sus beneficios.
—¿Quién
escoge los libros que llegan a la biblioteca? ¿Tienen en cuenta las tendencias?
—Es una
decisión que tomamos en equipo. Pero, de verdad quien realmente sabe lo que
piden los lectores son las compañeras que están en el mostrador.
—Pocas
bibliotecas de la región pueden presumir de una sección de autores locales tan
nutrida como la de Tomelloso, ¿no cree?
—Es raro que haya localidades con una lista de autores locales tan cuantiosa como la que atesoramos en Tomelloso. Es una de las secciones más especiales de las que tenemos, y que más cuidamos. Al final, es lo nuestro, la novela que ha ganado el Planeta de este año la puedes encontrar en cualquier sitio, pero el libro que publica un autor de Tomelloso solo estás aquí, colocado en un lugar específico, que es una de las joyas de nuestra biblioteca.
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Viernes, 22 de Noviembre del 2024
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Sábado, 23 de Noviembre del 2024
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