El pasado 26 de octubre se celebró la XI Jornada de Limpieza Voluntaria de las Lagunas de Ruidera, en la que el elemento agua fue el auténtico protagonista. Por un lado la amenaza de lluvia excluyó a las familias con niños. Así es que el equipo de voluntarios ha sido como antaño, gente respetuosa, enamorada de las Lagunas y entregada al 100%.
Por otro lado, las aguas de la Laguna Sampedra se han abierto y han mostrado algunos de sus secretos.
La XI Jornada de Limpieza Voluntaria de las Lagunas de Ruidera concentró el grueso de voluntarios en la laguna Sampedra, en una zona especialmente sensible por la cantidad de visitantes que puede llegar a tener durante el verano. El margen izquierdo de la Sampedra, sobre el travertino de la formación tobácea del vaso lagunar llega a albergar a unas 1.000 personas en un sólo día veraniego en poco más de 200 metros lineales. Los fines de semana de julio y agosto multitud de turismos y furgonetas -cargados sobre todo de jóvenes, pues los accesos al agua no son fáciles- e incluso autobuses -fletados desde grandes ciudades tan sólo para pasar el día- han usado y abusado de este enclave tan particular.
Se dividió el trabajo entre la superficie, en la que trabajaron varios equipos con sus respectivas tarjetas de datos, cubriendo desde Playa Garijo hasta el Chorro de las Minas. Y un equipo de buzos, apoyados sobre el agua y también desde tierra por varios voluntarios que ayudaron a llevar a la superficie una pequeña parte del enorme basurero concentrado en el fondo de la laguna. No es la primera vez que se limpia este área. Y la zona se limpia frecuentemente por los equipos de limpieza del parque, pues los visitantes no son particularmente cuidadosos y dejan a diario bastante porquería, dicen los organizadores de la limpieza. Sin embargo parece que el agua se lo come todo.
Además, cuando el nivel de la laguna Sampedra baja en exceso -lo cual sucede cíclicamente- quedan al descubierto muchas de las atrocidades que soporta esta laguna, sobre todo por la enorme concentración de viviendas construidas en el margen derecho del vaso lagunar: tomas de agua, tuberías de desagüe, restos de edificación, escombros, etc.
Se ha podido comprobar que no sólo los visitantes irrespetuosos “olvidan” residuos sólidos a sus visitas. Afirman los organizadores que los veraneantes con casa propia, aprovechan sus vacaciones para hacer reforma en casa y no siempre utilizan los servicios de recogidas de enseres o las zonas habilitadas por los ayuntamientos como punto limpio. La filosofía ha sido durante muchos años, y aún ahora, el agua se lo traga todo o ya vendrá otro a limpiar. De hecho se han detectado y fotografiado grandes cantidades de escombros, unos mil kilos -más de un palé, según el voluntario- entre las edificaciones y el margen de la laguna en la zona del Chorro de las Minas.
En tan sólo un par de horas -las que da la autonomía de una botella de oxígeno- se recogieron del fondo de la Laguna Sampedra, en una franja de poco más de 50 metros lineales:
Entre las cosas más curiosas sacadas y trasladadas al punto limpio: una bicicleta de montaña, una sartén, una cacerola, un rollo de alambre grueso, unas varillas, un carrete de caña de pescar, una sombrilla, un reloj… En total más de 100kg de basura sumergida.
Se pueden observar en las imágenes tomadas por los buzos, el chasis de un coche troceado en tres partes -del que se pueden ver los pedales perfectamente- bovedillas para la construcción, un horno y restos de una chimenea, un cable de acero…
En cuanto a la limpieza terrestre, como en años anteriores el item estrella sigue siendo las colillas de cigarrillos. Todavía los fumadores no se han enterado que 1 sóla colilla contamina 50 litros de agua dulce y tarda entre 10 y 15 años en degradarse, eso si no se la comen los peces cuando llega al mar y luego nosotr@s, en los pescados.
Las colillas siguen ganando por mayoría aplastante. A destacar unos 1000 kgs de escombros de una obra de hace muchos años, escondidos entre el borde de la laguna y las edificaciones del Chorro de las Minas y ya en conocimiento de la autoridad del Parque.
Se completó la tarde con una visita guiada al Centro de Interpretación del Parque Natural. La ruta nocturna resultó pasada por agua.
Esta XI edición de la Jornada de Limpieza Voluntaria de las Lagunas de Ruidera ha contado con 41 voluntari@s adultos y un solo niño -muchos primerizos- llegados fundamentalmente de la provincia de Ciudad Real -siete de ellos buzos- que se han sumado a l@s más fieles y veteran@s. Venidos de Miguelturra, La Solana, Puertollano, Tomelloso, Daimiel, Villahermosa, Alhambra, Socuéllamos, Alcazar de San Juan, Manzanares, Herencia, Ruidera y Ciudad Real Capital. La representación albaceteña de esta edición se ha visto reducida a una pequeña representación de Villarrobledo y Ossa de Montiel; también hemos contado con voluntari@s procedentes de Madrid. Y la presencia del delegado de Bienestar Social por Ciudad Real de la Junta, Eulalio Díaz-Cano, y el alcalde de Villahermosa, Angel Cano.
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