Mirian Navarro ha sido la amable cicerone de los periodistas en un hotel en el que “todos los años sucede algo”, nos ha advertido antes de adentrarnos en sus dependencias. El Hotel Lúgubre (que causa más inquietud que el Overlook de El Resplandor) organiza todos los años por estas fechas una cena de gala.

Una gala en la que, necesariamente, va a ocurrir algo “no sabemos qué”, sentencia nuestra guía, dejando a los periodistas aún más perplejos. Son los visitantes del hotel “quienes tienen que adivinar lo que ha pasado y cuando y donde ha sucedido”. El Hotel cuenta con una plantilla de medio centenar de personas. Todos ellos compatibilizan su trabajo hotelero con la pertenencia a la Pena Harúspices.

Con el corazón en un puño recorremos las instalaciones del Hotel Lúgubre, el spa, el restaurante, la biblioteca, la cocina, la suite presidencial, las dependencias de los empleados, la sala de baile, la terraza, el bar o la recepción. Además de encontrarnos con personajes ciertamente particulares y poco recomendables “en cada una de las estancias hay una dinámica diferente”.

El hotel ha abierto sus puertas este 31 de octubre, con un pase único de 8 de la tarde a 2 de la madrugada. El viernes 1 de noviembre va a haber dos pases, de 17,00 a 20,00 y de 22,00 a 2,00 y el sábado 2 de noviembre con el mismo horario que el viernes. Las entradas se venden al precio de tres euros, los niños, y cinco euros, adultos, en La Posada de Los Portales, en la plataforma giglon.com y los propios miembros de la peña.

La realidad suele ser a veces dar más miedo que la ficción. Así, la Peña Harúspices ha sufrido un nuevo robo en la nave que les sirve de almacén y taller.