Opinión

Ciri comprende el apocalipsis

Joaquín Patón Pardina | Sábado, 23 de Noviembre del 2024
{{Imagen.Descripcion}}

Llevamos bastante tiempo sentados Ciri, mi amigo, y yo en la mesa habitual; aún no nos has servido nuestras meriendas, pero no  podemos culpabilizar de ello al camarero, porque han venido de golpe numerosas personas, se han arremolinado en la barra y no da abasto.

—Estas personas tienen pinta de no ser del pueblo. Afirmaría sin temor a equivocarme que, han venido de fuera atraídas por la actividad del enoturismo, que se está celebrando en nuestra ciudad con el lema “Raíces y Vino”, lo he leído en el digital La Voz de Tomelloso y en algunos periódicos provinciales. Han dado mucha y muy acertada información al respecto —me informa Ciri con cara inteligente de periodista investigador. 

—Como no tenemos urgencia alguna, nos esperamos a que termine de atender a esta gente y ya nos tocará a nosotros. Hablando de todo un poco ¿te impactó mucho la leyenda del viernes pasado con los franceses de protagonistas? 

—Calla por Dios, calla. Cada vez que despertaba por la noche veía el ascua escribir en la pared de mi dormitorio aquello de:  “Soy el espíritu de Epifanio…” —responde Ciri con cara descompuesta y aspavientos  de miedo.

—No era para tanto, hombre; si te contara algunas que hasta yo mismo no terminé de leerlas…, ibas a enterarte de lo que es jauja.

—Bueno, bueno, vale. Como sabes que me dan desasosiego quieres seguir erre que erre. Vamos a cambiar de tercio como en las corridas de toros… —dice Ciri decidido.

—Por mí encantado, pero no olvides que siempre en las leyendas hay alguna persona o lugar encantados —le respondo con un salto de risa.

—Menos risas, compañero, que voy muy en serio. Te cuento. con la catástrofe de la maldita dana los periodistas se han despachado con miles de adjetivos en sus artículos y noticiarios. En uno de ellos, no recuerdo si leído u oído, comparaban la dana con el apocalipsis. A mí esta palabra me suena a libro, el último, por cierto, de la Biblia, pero a la vez como sinónimo de hecatombe o catástrofe. Tú que eres entendido en lenguas clásicas, ¿podrías aclararme si es solo el nombre de un libro o también adjetivo para calificar una desgracia?

—Ciri, querido amigo, seguimos en el mismo rodal de leyendas de miedo o relatos de cataclismos. 

La cara del compañero palidece como la leche del café que estamos tomando. No esperaba esta respuesta y no quiero amargarle la merienda. Me mira muy serio e incrédulo ante mi respuesta. De ningún modo quiero ahondar más en su desasosiego, no me gusta hacer sufrir a la gente con comentarios que desazonen y menos a los amigos cercanos.

—Tranquilo, te aclaro todo con una explicación sencilla. Tú concéntrate en el café, las magdalenas y lo que te comento. La palabra apocalipsis es griega, suena igual en español que en la lengua de Homero,  significa revelación o descubrimiento. Cuando utilizamos esta expresión, queremos dar a conocer algo que hasta el momento estaba oculto para las personas a las que se dirige. Se trata de facilitar la comprensión de acontecimientos o situaciones históricas. Pero nunca los utilizamos para adivinar, predecir o anticipar sucesos ni buenos ni malos, ni gloriosos ni calamitosos y desde luego mucho menos como cataclismo, catástrofe o fin del mundo entre horrores y ríos de sangre, pestes, guerras, etc., como lo usan muchos ignorantes.

Ciri sigue muy atento la explicación, a la vez disfruta, se le dulcifica la boca y la mente con mi explicación y sus pequeños sorbos de café.

—Continúa por favor, esto es muy interesante nunca lo hubiera creído así —afirma el amigo limpiándose las últimas migas de la magdalena asidas a los pelos de su bigote. 

—Bien decías que con tal palabra se designa también el nombre del último libro de la Biblia Católica cuyo autor es Juan, al que se le adjuntan el evangelio y tres cartas más. Pero…, amigo Ciri, es imprescindible tener en cuenta lo que has estudiado en Lengua Castellana sobre los géneros literarios y que se dan en cualquier idioma. Por ejemplo: Si decimos está lloviendo a cántaros, ningún castellanoparlante entendería que en las nubes hay gente vaciando vasijas de agua cayendo hacia la tierra; entenderíamos más bien que la lluvia es muy intensa o ¿no?

—Entendido, así es, lo contrario sería de locos o de ignorantes del idioma —respalda mi amigo.

—Ahora comprenderás que el apocalipsis utiliza y es un género literario que de ningún modo podemos tomar al pie de la letra, so pena de decir disparates como cerros. Hay que hacer un gran esfuerzo de comprensión y con datos históricos, geográficos, exegéticos, etc. También te digo que es muy difícil de comprender, porque intenta dar fortaleza a unas comunidades de cristianos que están siendo perseguidos, asesinados y esquilmados sus bienes  por los que antes eran de su misma religión, los judíos, además de  por las fuerzas del Imperio Romano.

—Muy cierto, esto sucedió en muchos países del próximo oriente a partir de los años  cuarenta de nuestra era y después con Nerón como emperador romano. Hay historiadores que mantienen el incendio de Roma como punto de arranque, para las persecuciones de los seguidores de Jesús, acusándolos de haberlo provocado —completa Ciri.

Permanecemos unos minutos más comentando algún detalle interesante. Ciri ya sin el malestar psicológico de días anteriores cuando las leyendas miedosas. Le vuelve la sonrisa y habiéndose colocado la gabardina y el sombrero me toma del brazo y sottovoce dice:

—Hoy te invito, pero que no se entere nadie… —y efectivamente subraya la frase con una franca.


117 usuarios han visto esta noticia
Comentarios

Debe Iniciar Sesión para comentar

{{userSocial.nombreUsuario}}
{{comentario.usuario.nombreUsuario}} - {{comentario.fechaAmigable}}

{{comentario.contenido}}

Eliminar Comentario

{{comentariohijo.usuario.nombreUsuario}} - {{comentariohijo.fechaAmigable}}

"{{comentariohijo.contenido}}"

Eliminar Comentario

Haga click para iniciar sesion con

facebook
Instagram
Google+
Twitter

Haga click para iniciar sesion con

facebook
Instagram
Google+
Twitter
  • {{obligatorio}}