Se puede definir un relato como
aquella narración estructurada, real o imaginaria, que se hace a través del
lenguaje oral o escrito. El recuento, generalmente breve, de una serie de
eventos ocurridos en la realidad o en la imaginación.
En el diccionario de la Real
Academia de la Lengua Española, el relato es una de las palabras
malditas que en él se contienen. El relato es una palabra carente de
toda objetividad, prostituida, vilipendiada, retorcida y utilizada con unos
fines espurios y miserables.
El relato no es nada nuevo
en la historia de la humanidad, es la visión de los vencedores y la
justificación de los perdedores, todo al servicio de la causa y por la causa.
Con el paso de los tiempos, se
podría entender que el relato fuese perdiendo algo de aquella maldición y ganando algo en esa
objetividad que se le supone pero que hace tiempo olvidó. Pero no es así, ahora
está más en forma que nunca, los medios y las redes de comunicación social le
hacen retroalimentarse (al igual que esta maldita DANA) y es un elemento
esencial para justificar lo injustificable.
Ni siquiera los más avezados
estudiosos del clima y de otros fenómenos naturales pueden prever la magnitud
de un suceso meteorológico o sísmico. Pueden prever su localización, acercarse
a intentar predecir su intensidad, etc. pero la naturaleza tiene leyes que aún
están fuera del alcance de nuestra comprensión.
Lo que sí está a nuestro alcance
es como gestionar el acontecimiento de un suceso, aunque sea cercano al momento
de su realización y lanzar las oportunas señales de alarma, pero sobre todo,
minimizar los tiempos de reacción una vez acontecido. Resumiendo, que el
sistema funcione. Pero el sistema no ha funcionado y las consecuencias ahí
están.
En el año 1986, el grupo musical
Mecano, lanzó su cuarto álbum de estudio, “Entre el Cielo y la Tierra”, en él
se contiene una de las canciones más exitosa de su larga y brillantísima
carrera musical: Cruz de Navajas.
Esta es la historia de un relato, un relato de incomunicación,
hastío, aburrimiento, incomprensión que deriva en una situación de infidelidad
y que termina en asesinato.
En este relato, los medios de
comunicación describen el asesinato del marido de María “…dos drogadictos en plena ansiedad, roban y matan a Mario Postigo
mientras su esposa es testigo desde el portal…” Un relato totalmente
incierto, interesado e inconfesable, con el único fin de ocultar la verdad de
lo ocurrido, pues todos sabemos que fue lo que pasó y quién mató a Mario
Postigo.
Este relato fue premonitorio
de la terrible desgracia que ha sucedido en la Comunidad Valenciana. La primera
puñalada, la que más dolió, ha sido
el abandono por parte de las Instituciones, improvisación, negligencia en la
gestión, sobre todo en el día de los hechos e inmediatamente posteriores a la catástrofe.
La segunda puñalada, la que le mató, ha sido la DANA en sí,
su poder destructivo ha segado vidas humanas y bienes materiales, dejando a una
parte de la población sumida en la más absoluta de la desesperanza y miseria.
La tercera puñalada o cruz (como
escribió José María Cano), otra miente
en el noticiero, del uso partidista, ruin y miserable que la clase política
ha hecho de este catastrófico acontecimiento. Los damnificados por la DANA
asisten atónitos e incrédulos al relato que desde las instituciones
públicas hacen los distintos partidos políticos para salvar su miserable puesto
y de paso cargar contra los adversarios políticos. Novedad en el relato
moderno, ya no es suficiente salvar el pellejo o verter una visión partidista e
interesada de lo acontecido, sino de cargar contra el rival político, el tú más.
Hace tiempo que los dos grandes
partidos políticos no se pueden reprochar nada, pues la sartén no le puede
decir nada al cazo.
Es doloroso comprobar que al fin
de cuentas, esto es lo único importante. Los distintos responsables
(irresponsables) políticos se han tomado sus días en dar las oportunas y
tardías explicaciones. Lógico, primero hay que evaluar la magnitud de lo
acontecido y la deriva de los acontecimientos para tener tiempo a preparar el
oportuno relato.
Pero el pueblo es inteligente, no
se va a dejar engañar (o no debería) sobre lo que ha pasado, quién ha estado a
la altura y quién ha estado desaparecido. Presidentes (Gobierno y Comunidad),
incompetentes y prepotentes (…si quieren ayuda que la pidan…), Ministros claves
del Gobierno central absolutamente desaparecidos, hasta que el clamor popular y
las cifras de fallecidos les ha obligado a hacer algo, aplicando el viejo
principio de más vale tarde que nunca. Consejeros incompetentes que desconocían
las herramientas que tenían a su disposición para alertar a la población,
presidentes de confederaciones y otras instituciones que no lograron evaluar
acertadamente la realidad de lo sucedido. No merece más la pena seguir con
esto.
Constatamos que la política,
salvo honrosas excepciones, está hecha para personas que hacen del servilismo
político su medio de vida, que emplean toda su atención en agradar al líder.
Que son impermeables al dilema ético y moral que supone preguntarse ¿a quién
servir? Al pueblo que ha confiado en mí
como medio de mejorar y solucionar sus necesidades, individuales y colectivas,
o a quién me ha permitido ser elegible. No cabe duda a la respuesta.
Por último, el único aspecto
positivo que nos ha dejado esta crisis es la repuesta del pueblo, el pueblo siempre
tiene al pueblo. Allí donde fallan las instituciones el pueblo siempre
está, voluntarioso, dejando al lado sus
diferencias y trabajando por un interés común. Vivo ejemplo de una generosidad
y de un altruismo que sin duda el tiempo y las instituciones van a tender a
olvidar pues ha dejado al descubierto sus vergüenzas y eso no se puede
consentir.
Para eso está el relato.
Antonio Muñoz Serrano.
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Lunes, 25 de Noviembre del 2024
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