Estas líneas están escritas tras realizar un viaje por centro Europa y
entrar en distintas iglesias cristianas, tanto católicas como
protestantes, visitas que me han dejado, siento decirlo, cierta
sensación de vacío tras salir de estas últimas y la poca relevancia,
por lo que más abajo diré, que en las primeras se da a la presencia
real de Cristo en la Eucaristía. Un Misterio que separa de una manera
fundamental las creencias de ambos. Para los católicos, la Eucaristía es
Presencia Real de Cristo en el “pan transustanciado”
mientras que para los protestantes representa un mero recuerdo de la
Última Cena.
Desde hace años mi familia mantiene una estrecha amistad con un
matrimonio holandés; ambos son miembros de la Iglesia calvinista
reformada. Pues bien, en uno de los viajes que realizaron a Ciudad Real,
visitamos nuestro Seminario Diocesano pues tenían interés
en conocerlo, dado que viven el hecho religioso y son cristianos
comprometidos en su comunidad parroquial, donde forman parte del grupo
dedicado a la acogida y acompañamiento de personas inmigrantes.
Tras pasear por sus amplias galerías, entramos en la pequeña y acogedora
capilla de los teólogos; yo me arrodillé saludando así al Santísimo
mientras ellos sin embargo no hacían ademán alguno ignorando tal
Presencia, en consonancia con su mentalidad protestante,
para quienes la Eucaristía es reitero, un memorial, un recuerdo y el
pan y vino meros símbolos de la Cena del Señor. Es decir entraban en una
estancia que para ellos se encontraba vacía como sucede en todos lo
edificios de las iglesias protestantes en sus
muy diversas corrientes.
Entendí que ese era el momento de evidenciarles de manera concreta y
gráfica la diferencia sustancial que existe entre las creencias de un
calvinista y un católico referidas a un lugar de culto: el vuestro les
dije, es una estancia que se encuentra vacía
mientras que el nuestro está lleno de Vida, un hogar habitado por el
Hijo de Dios, no de una manera simbólica, meramente espiritual, sino de
una manera sacramental, es decir real, que en esto consiste el Misterio
de la Eucaristía.
Les confieso que, tanto por la formación recibida como por la Fe, la
Eucaristía es en mi vida espiritual el misterio más atractivo, el imán
que más me une al legado que nos dejó Jesucristo. Él permanece realmente
presente en todos los templos católicos que
mantienen un lugar para el Santísimo, es decir, donde Alguien nos está
esperando. En consecuencia, cualquier persona creyente debería dirigirse
a saludar a Quien se encuentra allí viviendo para “charlar” con Él un
rato. Ahora comprenderán lo referido más arriba
en cuanto a que al visitar un templo protestante sentí de manera
profunda el vacío existente.
Dicho esto, quiero centrarme ahora en un hecho relacionado con lo
anteriormente relatado que me resulta descorazonador: Dentro de los
grandes templos, en especial Catedrales, existen varias capillas con
distintas imágenes dedicadas a la Virgen y a los Santos.
Y en una de ellas se encuentra el Santísimo. Pues bien me duele ver
como la inmensa mayoría de personas que entran para rezar, omito quienes
lo hacen por una curiosidad artística por motivos obvios, lo hacen ante
las imágenes de un santo o ante el altar mayor…ignorando
la Presencia de Quien allí habita. Un hecho que el autor de estas
líneas ha observado en distintas iglesias, dentro y fuera de España. Y
digo que me resulta descorazonador, porque es una práctica que me hace
dudar sobre el hecho de que esas personas, que se
dicen religiosas y no pongo en solfa que lo sean, faltaría más, hayan
llegado a conocer el Misterio de la Fe que radica única y exclusivamente
en Jesucristo presente, reitero, en la Eucaristía.
Y no quiero terminar sin hacer referencia a algo que me duele más aún.
(No diré las ciudades, ni el nombre de los templos por razones de
prudencia). Son esas capillas en las que se encuentra el Sagrario y más
arriba un enorme crucifijo con la imagen del Cristo
de…siendo que la inmensa mayoría de los fieles que van allí a rezar, lo
hacen a la Imagen y no a Quien está allí realmente presente. Algo que
puede determinar la diferencia entre Religiosidad y Fe.
En cierta ocasión le comenté este hecho a un sacerdote que transitaba
por el templo y su respuesta fue encoger los hombros. La mía fue: Los
protestantes rezan también ante un crucifijo pues reconocen, al igual
que nosotros los católicos, a Jesucristo como el
Hijo de Dios.
Fermín Gassol Peco es Graduado en Teología por la Universidad de Comillas.