Es la primera vez que la artista expone en la emblemática taberna y en Tomelloso y “la segunda en España”. La relación de la artista argentina con la ciudad manchega se inició con el teatro y ahora culmina “con las pinturas. Tomelloso siempre ha recibido mis propuestas con los brazos abiertos, tenemos una relación muy personal”.

En “Danza de mancha con intención”, explica la pintora, se unen “azar e intención con la intuición que te dan las manchas provocadas por la experimentación”.   Y es que, Maru Rush trabaja con distintos materiales, “uniendo crema de afeitar, tintes y acuarelas creas una imprimación muy fortuita. Ha sido el error más bonito que me ha sucedido, me encanta experimentar… Después, arrastro los colores y hago resurgir la mancha”.  Asegura la pintora que se trata de “una experimentación muy bonita”.

Confiesa que “voy a contracorriente en pintura. Existen un montón de técnicas y de estilos en pintura que están muy vistos”. Está segura la artista de que “hay que mostrarle al público algo diferente, para ello hay que experimentar. Siempre es bueno, se sale de la visión y llegas a las emociones”. Y es que, la autora trabaja con las emociones, trasladándolas a su pintura “y te dan unas cosas impresionantes”.

“Lamentablemente”, señala la artista, la abstracción no vive actualmente “uno de sus momentos álgidos. Aunque nunca ha sido muy valorada, el público conoce a Picasso, a Dalí, a  Xul Solar en Argentina, o a Kandinsky… Pero el público está más acostumbrado al realismo”. Recomienda al espectador que llegue a “Danza de mancha con intención” que descubra “la emoción que le provoca en el momento, que se deje llevar por los sentimientos y por lo que no pensaba sacar de esa mancha, de esa explosión de color. El color y la emoción que te da la mancha, es única, la vives tú”.