Lo mejor que nos puede suceder cuando vamos al teatro es que
el tiempo se nos pase volando, que no tengamos necesidad de mirar el reloj, que
cuando acabe nos haya parecido corto, que nos quedemos con ganas de más. Así
nos sentimos tras el soberbio concierto de Karmento este sábado en Tomelloso,
tras un viaje de hora y media a través de la música, las emociones, el sentido
de la vida, La Mancha, la tierra, el canto de los pájaros o de los grillos, el
murmullo del agua, nuestros ancestros y el más rabioso presente, parecía que solo
habían pasado cinco minutos.
Volvía Karmento este sábado a Tomelloso, en esta ocasión al
Teatro Marcelo Grande. Regresaba la artista de Bogarra en olor de multitud —el teatro
registró muy buena entrada— a presentar su último disco “La serrana” acompañada
por Emilio Abengoza al teclado, Alvany Guédez al violín y Rosario Herreros a la
percusión, y cosechó un gran éxito. El público se dejó embaucar por el buen
hacer de Karmento y sus músicos y, de buena gana, se sumó al virtuoso recorrido
planteado por la artista. Un tránsito en el que, por cierto, participó la Banda
Santa Cecilia. Karmento y sus músicos se llevaron la ovación del público de
Tomelloso.
El recital sirvió para que el público de Tomelloso conociese
mejor el último trabajo de Karmento, “La serrana”. Y a la artista, que en todo
momento se mostró cercana, desplegando una gran complicidad con el público.
Temas como “Remanso” o “Hay que danzar sobre la tierra”, servían para que
recordase cuando iba a coger olivas con su abuelo Virgilio. La Mancha, Bogarra,
sus recuerdos —Chelín el pregonero, la Fiesta del Ángel…— aderezan a “La loca
del pueblo” o “Fangos”, que canta altiva, empoderada, con ese maravilloso
vozarrón del que hace gala.
“Las cuentas”, “Fuego encendido” (que remata con unos “Ojos
verdes” que nos dejan sin aliento). Es importante ser de pueblo para una
artista a la que “me gusta ser de La Mancha”, esa es la excusa para regalar al
público “La serrana”, maravilloso tema que dedica a María que deja de ser su road
manager. Ante la sorpresa del público, varios músicos de Santa Cecilia, con su
directora, Marta Baños participando, se suman a “Pelusa”.
“Viejos padres”, con el que muestra su generosidad a los
padres que han tenido que aprender. La complicidad con el público sigue y la artista
se bajó a cantar a la platea. Con la declaración “¡Qué bonita es Bogarra!”,
llegó “Una manchega en la azotea” y con el deseo de que “nadie se tenga que ir
de su casa” nos ofreció “Quiero y duelo”, la canción que no fue candidata a
Eurovisión (ellos se lo perdieron). Con “Hay que soltar”, llegó el pretendido
final del concierto. Tras la ovación del respetable, Karmento y sus músicos nos
regalaron “Cricrí” y “MarEa”. Y, después, Karmento agasajó al público de
Tomelloso en el hall del teatro.
La de este sábado fue una gran noche de música. Es posible
arriesgar y triunfar, unir tradición y modernidad, huir del maniqueísmo.
Karmento es la prueba. Porque, como dijo
“las coplas no son de nadie, van de boca en boca; esto es canto popular”.
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Lunes, 16 de Diciembre del 2024
Domingo, 15 de Diciembre del 2024
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