“Menos siempre es más”, aconseja desde Ciudad Real. “Los brillos y las lentejuelas me gustan en su justa medida. Si pasas la Navidad en familia siempre apetece ponerse guapa pero mejor un vestido que te puedas poner cualquier día de la semana con un buen complemento. Y lo mismo en  Nochevieja, un vestido bonito pero sencillo con una joya que lo transforme. Eso sí, en caso de salir de cotillón, entonces ahí si lo puedes dar todo”.

Benito, con 1,2 millones de seguidores en su canal de Instagram, un trabajo que compagina con labores administrativas en su empresa familiar de ingeniería de Tomelloso, deja estas perlas tras pasar una tarde de compras asesorando a una seguidora de Miguelturra, Anabela Deán, ganadora del sorteo de quinientos euros para gastar en compras del pequeño comercio dentro de la campaña ‘De la pantalla a la tienda’ del Impefe de Ciudad Real.

Quienes la siguen saben que Benito apuesta “por un estilo clásico y básico” con una amplia variedad de ‘followers’ que van de mujeres de 25 a 55 años, “algo que no es tan habitual”.

“En los videos es muy cercana pero en persona, majísima”

Anabela lo sabe, lo valora y lo celebra. “Me parece fácil seguir los consejos que da. Cuando me enteré que había ganado el sorteo no me lo podía creer y ella me ha parecido encantadora; en los videos siempre es muy cercana cuando te cuenta un look y en su día a día también, pero en persona es majísima”, explica, tras encontrarse con Benito para ir de tiendas con su asesoramiento, algo que esta vecina de Miguelturra hace “tanto en el comercio local de Miguelturra como en el de Ciudad Real”.

Benito también compra online

La ‘influencer’ Elena Benito reconoce que también hace compras online, “el formato de ir a tiendas me agobia, es más fácil buscar lo que me gusta en la red, pero ir al negocio local siempre es otra cosa te da esa cercanía que no pasa en las grandes tiendas. Vivo en un pueblo y acabo comprando online, pero venir, tocar y palpar es bueno”.

Ya podría vivir de aconsejar a otros en redes

Benito se ha convertido en una asesora de moda de referencia por casualidad. “Cuando surgió el boom de Instagram empecé a subir fotografías a modo de álbum, mi perfil empezó a despegar desde que se pueden subir ‘reels’ [videos cortos]”. Cuatro años después de abrirse la cuenta trabaja con una agencia de talentos “y podría vivir de esto, pero sigo vinculada a la empresa de mi marido”, asegura.