El show ofrece una sabrosa mezcla de música y ritmo de todos los lugares del planeta, apareciendo las embriagadoras y tradicionales percusiones africanas hasta los temas electrónicos más actuales. Resulta admirable ver a los artistas usando sus cuerpos como instrumentos, creando ritmos increíbles que han asombrado a los espectadores o manejando los objetos más variopintos como palos, tambores sartenes, raquetas de ping pong, una mesa, aletas, cubos, contenedores de basura, cajas, bolsas de papel, vasos, algunos instrumentos musicales o sus propias voces…..Hasta con agua son capaces de crear ritmo estos nueve incansables artistas de Mayumana que llevan a cabo un gran derroche físico en sus coreografías, se sincronizan a la perfección y acaban firmando un maravilloso espectáculo.

Y ese frenético ritmo en el que se desenvuelve toda la actuación no les impide actuar con el público y ofrecer algunos retazos cómicos que todavía dan más brillo a lo que se ve sobre el escenario. El público aplaude en numerosas ocasiones, se rie a gusto y puede admirar los cuidados efectos de luz y sonido combinados con imágenes y esa atmósfera de humo que aparece en toda la actuación.

Al final vuelve a tomar protagonismo el público que aprende muy rápido los ritmos que le marcan los artistas con las palmas y si hay alguna equivocacion, es encajada con maestría en un contexto de humor que siempre es muy saludable. Los noventa minutos se paran en un suspiro  y el público despide a los artistas con una atronadora ovación.