Ya tienen los norteamericanos nuevo presidente, al “mesiánico Donald Trump” que aparecía aclamado por un alud de gente acompañado de su sequito de millonarios. El pasado día 20 de enero de 2025 el mundo contenía la respiración y escuchaba espantado las locuras que decía o los decretos que firmaba, tal como si se anunciase la deseada “era de oro” de uno de los países del mundo más poderosos del planeta. 

Durante la jornada del día 20 estuve escuchando en la  radio, viendo la televisión y leyendo las noticias en las redes sociales durante varias horas, totalmente aturdido y espantado por las atropelladas y abrumadoras noticias. Créanme que este día probablemente ha sido el que más veces me he reído y a la vez espantado, intentando informarme de lo que estaba ocurriendo  en el mundo.

Escuché con atención a un prestigioso periodista español, que ha estado de corresponsal en New York muchos años, como definía dentro de una seudo normalidad esta teatralización de la investidura del presidente, poniendo de manifiesto la gran diferencia de culturas entre la europea y la norteamericana. Me pregunto. ¿Sólo es un tema de culturas, de símbolos y protocolos, o hay más detrás de estos actos? Si analizamos la historia de los EE.UU. ciertamente deduciremos que el fenómeno Trump es nuevo y nunca antes, ningún presidente actuó de la manera que lo hace éste. Baste una muestra para justificar esto. Cuando se dirigió al anterior presiente Joe Biden le dijo que todo lo que había firmado en su mandato lo anularía con nuevas leyes. Realmente lo humilló públicamente. ¿Esto también era necesario?

El espanto ante este “posmoderno presidente”, inunda a raudales, a través de sus palabras y gestos, las redes sociales de todo el mundo. Como estrategia exitosa, no parece mala la suya. Si bien sus discursos son  un  insulto a la oratoria, no menos cierto es que estos son los discursos que esperan, desean y vitorean los 70 millones de votantes que le han elegido presidente. Diríase que la maquinaria ha funcionado perfectamente y los dueños de las redes sociales brindan desde sus “azoteas de poder” contemplando esta vez los resultados de la tecnología puesta al servicio de los intereses de esta poderosa clase emergente de tecno-gerentes o tecno-dueños de las compañías de datos detrás de las redes sociales.

Debo confesarles que me siento muy feliz de poder ver estas cosas en mi plazo vital en este mundo. Es una suerte poder asistir al despegue de esta “nave de los locos” que leva anclas en el océano de nuestro destino y nos dirige a un futuro incierto. Escribía hace unos días en este mismo medio un artículo en el que hablaba de la “idiotez (estulticia)” de los super héroes de este “tebeo transhumanista” pero, pensando en ello, no sé quiénes son los estúpidos, si los héroes protagonistas del cómic o nosotros, los ciudadanos que lo leemos y compramos con avidez. Empiezo a dudar y casi que no me creo mis propias aseveraciones en el mencionado artículo anterior, con relación a los personajes. ¿Quién puede saberlo? Quizá Trump o su socio Elon Musk no son tan estúpidos. Lo dejamos aquí.

Me pregunto, cuánto se hace esperar la respuesta del resto de países del mundo ante este clarísimo reto planteado al mundo por esta colección de visionarios. China calla y se apura en ajustar el ritmo de sus fabricas para crear nuevas especies de mercaderías con las que ejercer de comerciantes en el mundo, cargando sus miles, millones, de contenedores en sus barcos para repartir sus productos por el mundo. Putin gesticula con una sonrisa de soslayo al nuevo presidente. La Unión Europea no sale de su estupor y mira hacia la ultraderecha que parece que va a ser la única que podrá “hablar y negociar” con el super presidente. Panamá baja los precios del peaje de su canal, Groenlandia dice que ellos quieren ser un país independiente y Canadá no da crédito a esta “opa hostil” que le hace el presidente. Y para rizar el rizo nuestro héroe dice que Gaza bien podía convertirse en un paraíso costero para recibir a turistas millonarios. No sé si me dejo algo, pero en todo caso, ya esta bien, ¿no? Absolutamente delirante, pero, ¿…y si sí? (como dice nuestro amigo Mota).

La obsesión del nuevo presidente por la “pureza de raza” le esta llevando a tratar con desprecio a colectivos LGTBI como transexuales, gais y lesbianas, a inmigrantes y segmentos de población que viva en la exclusión social. Se descuelga de la Organización Mundial de la Salud y los tratados relativos a sostenibilidad y medio ambiente. Su política adopta un peligroso cariz aislacionista y desde luego que pone en peligro el comercio mundial y sus tratados. Diríase que el paradigma de la globalización esta amenazado en aras de una americanización del mundo, “First America” (América primero), este es el lema de su política en relación con el exterior.

La pregunta que me hago, una vez conocido este giro copernicano de la política de EE.UU. es ¿Qué va a ocurrir con el papel de China y la Unión Soviética, en el esquema de estos iluminados? 

¿Qué podemos esperar en España con relación a la nueva presidencia de los EE.UU.? La cosa ha empezado con un susto. Trump parece que ha incluido a nuestro país dentro de los llamados “países BRICS” alineándonos con las economías emergentes y competidoras del llamado G7, estos países son, entre algún otro, Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, a los que amenaza con aranceles de hasta el 100% para evitar su crecimiento. Nuestro aceite, vino y queso se ve amenazado seriamente si esto se cumple y es cierto que la inclusión en este club de los BRICS es un error en su discurso. La declaración parece ser que fue una confusión, pero aún no se ha rectificado, ni creo que se rectifique dado que el nuevo presidente no acostumbra a retractarse de lo que dice. Otra cosa es que se ejecuten sus palabras.

Para terminar, quiero expresar mi preocupación por el nuevo rumbo que vamos a tomar a nivel mundial. Sospecho que detrás de las declaraciones y provocaciones de este héroe del comic existen poderosas fuerzas que en la trastienda del Gobierno norteamericano corrijan tantas incongruencias. El miedo, no obstante, es una poderosa herramienta para gobernar en un mundo polarizado y sometido al imperio del dinero. No creo, como he dicho anteriormente, que estas fórmulas de gobierno sean simples improvisaciones del presidente. En todo caso no pintan bien las cosas y como ya han anunciado algunos expertos, nos espera un profundo cambio en la geopolítica mundial. España y Europa parece que andan en su mayoría con el pie cambiado. Cosas del destino, ahora los partidos de ultraderecha europeos, son bien vistos y calificados de amigos por Trump. Ya veremos como articula la OTAN los deseos ya manifestados del nuevo presidente que pide un aumento hasta el 5% del gasto invertido en defensa. Recordemos que España ya fue señalada en la anterior legislatura de Trump como incumplidora del vigente acuerdo de cooperación económica con el establecido 3% actual. 

Otra tesitura difícil de librar es la del gas natural licuado GNL. España actualmente es la puerta del gas norteamericano enviado a Europa que estamos pagando a un precio superior en un 40% al gas que comprábamos a Rusia. En este momento la importación alcanza los 55 millones de toneladas que se distribuyen por toda Europa y naturalmente EE.UU., nos va a “obligar” a comprar este gas al precio que ellos establezcan, y será usado como moneda de cambio para permitir y/o frenar las exportaciones al país del otro lado del Atlántico. 

No cabe duda que estamos ante una etapa muy caliente en la política mundial. Nos esperan muchos sobresaltos y debiéramos estar despiertos para encajar de la mejor manera posible el imperio de los dólares.