Tomelloso rindió este sábado un bello y sentido homenaje a
Félix Grande. A un día del aniversario de su muerte, el 31 de enero, en el
Auditorio López Torres con la palabra y el flamenco se tejió una magnífica
velada en honor del poeta y flamencólogo. El Ayuntamiento de la ciudad y la
Academia de Ciencias Sociales y Humanidades de Castilla-La Mancha, al alimón,
organizaron las jornadas Literario-Musicales “Félix Grande y el Flamenco”. El
homenaje contó con la participación de Dionisio Cañas, el profesor y flamencólogo
Ramón Soler, el artista flamenco Ricardo Fernández del Moral, la Asociación Amanecer
y la Peña Los de Montoya y Chacón”.
Un acto que tuvo una buena respuesta del público que casi
lleno el Auditorio López Torres. Conducido por la directora de la Biblioteca, Carmen
Labrador, participaron en el homenaje la concejala de Cultura, Inés Losa, la
secretaria de la Academia de Ciencias Sociales, Soledad Campos y el presidente
de la Sección de Literatura, Rafael González Cañal. Asistieron los hermanos del
homenajeado, la concejala de Turismo, Rocío Valentín, miembros de la Academia y
aficionados al flamenco que disfrutaron de la velada.
La primera de muchas colaboraciones
Cuando surgió la idea de homenajear a Félix Grande, explicaba
Rafael González Cañal, la Academia tuvo claro que tendría que estar centrado en
el flamenco, principalmente. Con gran acogida por parte del Consistorio, apuntaba
el profesor, la del sábado es la primera colaboración entre ambas instituciones
“que esperemos que vengan muchas más”. Ha agradecido el académico al
Ayuntamiento las facilidades “para poder celebrar este acto”. La secretaria de
la Academia, Soledad Campos, incidió en la importancia de una colaboración que “esperamos
que sea fructífera en el tiempo”
La concejala de Cultura, mostró su alegría “por acoger hoy
un acto tan importante”. Un homenaje, recalcó la concejala, que surge a
iniciativa de la Academia de Humanidades “y, además, coincide con la próxima recepción
por parte del Ayuntamiento del legado de la familia Grande-Aguirre y con el
aniversario, ayer viernes, del fallecimiento de Félix Grande”. Dio la gracias a
la familia de Félix Grande por una donación “que estará el mismo espacio con la
de Dionisio Cañas”. Losa ha subrayado que ambas instituciones “confluimos en el
mismo sentir que es apoyar el flamenco en la figura de Félix Grande”. Y es que,
apuntó, Tomelloso está muy ligado al flamenco y “en Félix ha tenido su máximo
exponente”. La edil de Cultura, que elogió la calidad e importancia de los
ponentes, agradeció el trabajo de la Biblioteca Municipal.
Analógico versus digital en la poesía de Félix Grande
La charla de Dionisio Cañas llevó por título “La poesía de
Félix Grande en el contexto analógico”. Comenzó su intervención (que publicamosíntegra) con la frase “La poesía es una mentira en la que se descubre la verdad
de la vida”. Defendió el poeta que la obra de Félix es fundamentalmente “autobiográfica,
posicionada en una época muy concreta. Es un reflejo de su época”, absolutamente
analógica. Y es que, señalaba Cañas, la poesía se escribe siempre desde un
momento histórico muy concreto: en el caso de la poesía de Félix Grande fue
escrita en España entre 1961, Taranto. Homenaje a César Vallejo y Las
rubáiyatas de Horacio Martín, 1978. Luego, señalaba Cañas, “unos años antes de
morir, nos sorprendió con un último tomo de poesía, Libro de familia, en el
2011, desgarrador y tan autobiográfico como su famoso La balada del abuelo
Palancas en 2003”.
Lo vivido, de una época anterior a la digital, siguió
explicando el poeta condiciona su obra. Félix, que se nutre de la mejor poesía
española, se enriquece con otros autores internacionales y de las vanguardias. Especialmente
en Blanco sprituals de 1967, “como un valor añadido, la poesía de Félix grande
se contagia del cante flamenco, de la música de su época, del jazz, de la
canción española, latinoamericana, norteamericana, inglesa y francesa”. La
versatilidad auditiva y escritural hace que los críticos no sepan situar a
Félix, cronológico, ni estético. Un poeta puede navegar por estilos y temas
diferentes, defiende Cañas.
La digitalización influye en nuestro entorno y en la poesía
en general “si ponemos Félix Grande en Google “nos sale es la apabullante cifra
de “aproximadamente” 76.700.000 resultados”. Muchos de ellos, “surrealistas”, por
lo que Cañas tiene claro que “si no tenemos control sobre las herramientas
digitales no nos servirán para informarnos de un poeta de la época analógica”.
La poesía, forma parte de las humanidades que, junto con la
ciencia e incluso la religión, estudian “el impacto de las nuevas tecnologías y
de la IA en particular en nuestra existencia”. Y es que, tanto influirá la
Inteligencia Artificial en el futuro “que hasta el Papa habla de ella” Terminó
con una cita de Francisco “que bien podía haberla escrito Félix Grande”.
A Félix Grande le emocionaban las voces que estremecían
Subrayó Ramón Soler —que nos dejó boquiabiertos con su erudición
agradable sobre el flamenco— que la música fue algo esencial en la poesía de
Félix Grande. Y, lógicamente, el flamenco por cercanía está muy presente en los
versos del tomellosero. En la obra de Félix, el género tiene dos vertientes, la
poética y la investigación. Precisó el flamencólogo
que al poeta “le emocionaban las voces que estremecían”. Es por ello que entre
la eterna dicotomía flamenca “entre lo trágico y la juerga”, Félix elegía lo
primero.
Sin duda, “Memoria del flamenco”, apuntó el profesor, fue su
mayor obra sobre el género, por la que ha pasado a la historia. También citó la
“Agenda flamenca” y las “maravillosas contraportadas que Félix escribía a los
discos de Paco de Lucía”.
El flamenco, es una de esas músicas “por la que siempre
preguntamos su origen. Es como un injerto oriental en occidente”. Explicó que
es un género que se nutre de muchas músicas, desde el Siglo de Oro y que “precipita”
en el siglo XIX. Y lo hace en Cádiz, teniendo mucho que ver con la necesidad de
afirmación nacional después de la Guerra de la Independencia. Nace el flamenco,
recalcaba Soler, como la reinterpretación de la música del XIX y que, “como un
ente vivo que es, evoluciona gracias a los profesionales”.
El flamenco más que una música es una forma de hacer
música
Y es un gran profesional el que ocupó el escenario del
Auditorio López Torres, el daimieleño Ricardo Fernández del Moral. “El cante
Grande contado y cantado” fue el título de su intervención. Lo contó, junto a
Ramón Soler, en una animada y jugosa conversación —entre pieza y pieza— en la
que no faltó el salero de las anécdotas ni el saber de ambos. Una entretenida
manera de conocer los distintos palos y toques flamencos.
Comenzó el cantaor y tocador con una soleá —uno de los
pilares del flamenco, señalaron— con textos de Félix Grande. La voz prodigiosa
del daimieleño deleitó a continuación al respetable con una farruca. Apuntó
Ramón Soler que “el flamenco más que una música es una forma de hacer música”.
Siguió el recital con una petenera, “uno de los cantes tradicionales y con más
leyendas”. Cambió de tercio el artista y se metió en los “cantes por alegre”
con unas aplaudidas alegrías de Cádiz. Defendió Ricardo Fernández los origines
manchegos (la jota, la seguidilla, el fandango…) de muchos cantes. Acabó con
unas bulerías con las que homenajeó Fernández del Moral a interpretes “malditos”
como Bambino o María Jiménez. El público premió a los intervinientes con una
gran ovación.
Culminó la velada con la intervención de componentes de la
Asociación Cultural Amanecer y de la Peña Los de Montoya y Chacón que pusieron
el broche al merecido homenaje a Félix Grande.
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