Con presencia de la concejala de Cultura, Inés Losa; la concejala de Personal, Eloísa Perales; el concejal de Festejos, Manuel Marquina y el artista se alzó el telón en una muestra que celebra la unión de la luz, el color y la vida, capturando la esencia de una región que siempre ha sido musa para soñadores y artistas. Numerosos amigos y familiares del artista y amantes del arte en general acudieron en buen número al acto inaugural. La exposición se podrá visitar hasta el próximo 16 de marzo.

Paisajes, patios y bodegones con esencia impresionista emocionan al espectador por esa explosión de color y esa viva pincelada que nos muestra el talento de un artista que debería prodigarse más en exponer su obra. La obra en su conjunto produce una sensación de optimismo y vitalidad que no viene nada mal en los tiempos que corren. Buitrago emociona con su tratamiento de la luz y el color, desde un estilo que recuerda al puntillismo y a otras corrientes del impresionismo que marcaron un antes y un después en la historia de la pintura.

“Es un honor abrir las puertas de la Posada a Fulgencio Buitrago porque es todo  un gozo disfrutar de su obra, de esos colores de la Mancha que son una apertura a los cinco sentidos en cada uno de los cuadros. Nos regala una pintura impresionista en esta primavera que casi llama a la puerta y animo a los tomelloseros a que la visiten”, ha manifestado Inés Losa que ha leído versos de Eladio Cabañero para conectarlos a la pintura del artista. “Estamos en la llanura manchega. Aquí siempre es otoño al declinar la tarde,  cuando las nubes se pintan y se despintan,  y el sol agotado muere como una bombilla que se funde. Todos los años, de estación en estación, haya hecho bueno o mal oraje en la primavera, la llanura sirve al vaso su mesa de soles y cosechas, de rastrojos y viñas vendimiadas, siempre exhausta, siempre verde, muerta y viva”.

El pintor ha explicado que con esta muestra pretende "transmitir alegría y sentimientos, que a a cada persona que mire un cuadro le produzca sosiego , paz y sensaciones buenas. En definitiva, que cada persona pueda mantener una conversación íntima con el cuadro y que le diga algo", añadiendo en clave más distendida y humor que "si le gusta que lo compre y se lo lleve a su casa para seguir alargando esa conversación”. El público, que se ha llevado una gran impresión de su obra, le ha dedicado un largo aplauso.