Natural de Manzanares, Tatiana Rodríguez de la Paz es una apasionada de los viajes. Ha recorrido en los últimos veinte años buena parte del mundo y lo ha hecho, casi siempre, sola.

Entre bambalinas, Tatiana Rodríguez de la Paz, nos explico que su proyecto se llama “Viajar sola te da alas”. Adelantó que iba a hablar a las mujeres de Tomelloso “de ese amor que hay que sentir hacía una misma y de la solitud, que es esa soledad bonita, esa agradable sensación de estar a gusto con una misma”. Eso, lo relaciona la conferenciante, “con aprender a viajar sola, con saber salir de tu pueblo y conectar contigo misma y con el entorno”.

Empezó Tati a viajar sola con veintitrés años “y entre muchas cosas, me ha ayudado a perder la timidez, a saber quien soy, a conocerme, a descubrir qué partes de mí son buenas y cuales no… Y, sobre todo, a manejar mi intuición y a confiar en ella”. Además, defiende que “es el único memento en la vida en el que eres libre, y para mí eso es maravilloso”.

Para empezar a viajar sola “cada una tiene que conocerse un poco y saber dónde tiene sus límites”. En ese sentido, Tati, empezó a hacerlo “a pasitos”, estudiante en Oxford, como su círculo de amigos no quería viajar “me fui a Londres”.  A partir de ahí, fue aumentando y alejándose de Oxford, al norte de Inglaterra un fin de semana, a Irlanda…”y así fui añadiendo”. Para la viajera, lo importante es “conocerse y, sobre todo, ponérselo fácil y sencillo. Si te gusta la cocina mediterránea, viaja a un sitio del Mediterráneo donde nunca hayas estado. Si te seduce Latinoamérica, pero la ves peligrosa, no empieces por ahí…”. Aconseja, tener “un poco de lógica” y, sobre todo, “mucha información a través de las oficinas de turismos o de internet”.

Reitera Tatiana Rodríguez que “aunque ayuda, no solo se aprende a estar con una misma viajando sola”. Es muy importante, en ese sentido, la independencia y el empoderamiento “si yo quiero ir al cine y a nadie de mi entorno le apetece, me voy sola, no me voy a quedar con ganas de ver la película”. Desmiente Tati la falsa creencia de que “viajar solo es cosa de hombres”. Afirma que “las mujeres viajan solas más que los hombres, de hecho, cuando empecé a hacerlo, el setenta por ciento de la gente que iba sola de viaje eran mujeres. Nosotras estamos más acostumbradas a hacer cosas solas”.  Aunque reconoce que en algunos ámbitos se sigue teniendo miedo “como en el de la seguridad. A nosotros nos pasan cosas que no les suceden a los hombres y hay que tener mucho ojo para determinadas situaciones”.