Tras hablar de su perseverancia y lucha por sacar adelante la revista y sus premios, la presentadora invitó a subir al estrado a sus hermanos  Juan José y Eufemia que agradecieron  el homenaje a la Corporación y la digitalización de la revista.  Juan recordó su actividad asociativa y la pasión por la cultura de Pablo Ortiz, además de esa capacidad para conseguir que  personajes relevantes estuvieran en sus  Premios Populares. “Fue un hombre valiente que siempre defendió lo que consideraba justo”.

Se dio lectura a un escrito del ex alcalde, Javier Lozano, y se proyectaron en un vídeo los testimonios de Carlos Cotillas, Pepe Arroyo, Isidoro Torres,  Miguel Ángel Valentín, Jesús Benito, Ramón Jiménez Calleja,  Ramón Sampedro, José Vicente Cepeda , Victoria Braojos, Carlos Moreno, Francisco Navarro, Ángel Bernao, Santiago  Arroyo y Ángel Olmedo, además de leerse una emotiva carta de Araceli Olmedo, una de las colaboradoras más fieles de la revista, que no pudo estar presente.

Acto seguido comenzó una mesa redonda que coordinó Antonio Gómez Olmo y en la que participaron Rocío Torres, Paco Pérez, Tomás Perales, Natividad Cepeda y Francisco Díaz.  Antonio recordó las maratonianas conversaciones telefónicas,  Paco Pérez aseguraba que Pablo  utilizaba la palanca de la amistad para conseguir cualquier cosa. Tomás  definió al periodista como “un Quijote que se sobreponía a las dificultades.  Natividad lo tildó como “hombre inquieto,  pionero en muchos aspectos y buen conversador”, Roció, que comparó su iniciativa periodística con la del Obrero, manifestó que Pablo “era una persona inclasificable, peculiar e inolvidable.¡Que injusto que se marchara en aquellos días terribles!”.

Paco Díaz recordó aquella  multicopista de la calle del Infierno, el mejor ejemplo de ese periodismo artesano que desempeñaba con tanta entrega. “Era un trabajador infatigable y autodidacta que siempre tiraba hacia adelante. Que siga saliendo su revista es el mejor homenaje que podemos hacerle”.

Editoriales que molestaban

“Un loco”, dijo que era, en el buen sentido de la palabra, Paco Pérez. “Muchas veces planificábamos las cosas en una servilleta de bar e increíblemente las cosas salían por complicadas que parecieran al principio. Se logró hacer una revista de mucha calidad”. Rocío subrayaba la gran presencia de la revista en la sociedad tomellosera. Todos los componentes de la mesa debatieron sobre si fue lo suficientemente reconocido o el contenido de aquellos editoriales que molestaban. Tomás apuntó que su ilusión “era crear una revista literaria. Odiaba tener que contratar publicidad”

En la recta final afloraron anécdotas y vivencias de todo tipo como ese titular con el gazapo de la “medella” a Antonio López, fiestas en el karooke del Teclas, discusiones que luego desembocaban en amistosas conversaciones de bar, esa tardanza en llegar a los actos haciendo ruido, disparar en alguna ocasion fotos sin carrete o los tortuosos transportes de la revista con su opel kadet, entre otros.  Todavía quedaban las intervenciones de Félix Alberto, su sobrino. “Su legado es que nos enseño a ver el mundo con curiosidad y con un gran respeto a la verdad”, dijo, y también del alcalde. “Me hubiera gustado ser el séptimo alcalde que conociera Pablo”, señaló. La familia recibiría una placa conmemorativa del homenaje en medio de una gran ovación final.