Cuando se aproxima Semana Santa, las cofradías de Argamasilla de Alba: al igual que todas las demás, por medio de los cofrades directivos, suman tiempo y generoso compromiso para tener a punto, alternándolo con las distintos actos religiosos, en unión y con participación comunitaria: en nuestro pueblo bajo la dirección del párroco don Ángel Moreno, los ‘pasos’ que van a procesionar. Con tan importante misión los cofrades trabajan, en favor de la fe y cinco siglos de tradiciones y procesiones; porque nuestra Semana Santa ya tenía predicamento en el s. XVI, con las Cofradías de la Santa Vera Cruz y la del Santísimo Sacramento, fundadas en 1544.
Los primeros informes que tenemos sobre las citadas hermandades, están anotados en las Relaciones Topográficas de Felipe II, 1575, que en el capítulo 25 dicen que don Juan de Zúñiga, alcaide del Castillo de Peñarroya, había dejado unas “memorias y hacienda”, de las que eran patronos los alcaldes ordinarios de la villa y “el cura y los mayordomos de la Cofradía de la Santa Vera Cruz y del Santo Sacramento”. También en el s. XVI había una Cofradía dedicada a Señora Santa Ana, advocación que tenía una ermita.
Ya en el s. XVII se lleva a cabo la fundación de la Cofradía de las Benditas Ánimas del Purgatorio. Sus Ordenanzas fueron aprobadas el 21/02/1653. Dos años después, 1655, es el Convento de Mercedarios Recoletos Descalzos de Argamasilla de Alba el que funda la Cofradía de Nuestra Señora de las Mercedes.
Respecto a la Patrona de Argamasilla de Alba la Virgen de la Encarnación de Peñarroya (advocación mariana del s. XIII) su cofradía pertenecía a la Orden de San Juan de Jerusalén: “Por haberse fundado en la ermita de dicha advocación, en el Castillo de Peñarroya, distante legua y media de Argamasilla”. Sus Ordenanzas fueron tardías; pues se aprobaron en el Arzobispado de Toledo el 6/03/1612.
También hubo en nuestra localidad, ya en el s. XVIII, ceremonias religiosas tituladas de Minerva. Esta celebración consistía en una misa con exposición solemne del Santísimo. Se oficiaba el tercer domingo de cada mes. Al final de la misa tenía lugar una procesión, con el Señor bajo palio, por el interior de la iglesia. Para su organización había una Congregación titulada del Santísimo Cuerpo de Cristo.
Hermandad del Santo Sepulcro y Nuestra Señora de los Dolores
La Hermandad del Santo Sepulcro y Nuestra Señora de los Dolores es la Cofradía titular que procesiona en Viernes Santo en Argamasilla. Cofradía que, por el deterioro del grupo escultórico de Nuestra Señora de la Piedad, ha trabajado a favor de su restauración. Y se ha hecho, con el visto bueno del Consiliario, párroco don Ángel Moreno, siendo la Hermana Mayor María Teresa López de la Vieja. A su lado, Apolonia Moya, Vice-Hermana Mayor, Mª Carmen Hernán, Secretaría con la ayuda del Vice-Secretario: Luis Ánguita; Carlos David Carrasco, Tesorero; más ocho vocales: Mª Carmen López de la Vieja, Pilar Pardo, José Cruz Cañas, Mª Mercedes Lérida, Rubén Ruiz, María López, Luis Antonio Cañas y Manuel Novillo.
Todos unidos, aportan el cariño y esmerada entrega a los actos devocionales de la Semana de Pasión, y otros litúrgicos en todo el año, siendo el Viernes Santo la procesión que va a mostrar, ya lo hemos anotado, el grupo escultórico de Nuestra Señora de la Piedad. “La veremos (dice la Junta Directiva en la Revista Guía de la Semana de Pasión) como todos los Viernes Santo, procesionar por las calles de nuestro pueblo junto a nuestros titulares; ojalá veamos en ella el amor maternal que María nos tiene a cada uno de nosotros”.
Importante e interesante en cuanto a su fervor devocional, siempre apoyado por la Hermandad de Jesús Nazareno y Nuestra Señora de la Soledad: la otra Cofradía de Semana Santa de Argamasilla de Alba, la Hermandad del Santo Sepulcro y Nuestra Señora de los Dolores, suma 500 cofrades, y una serie de imágenes antiguas, conservadas con amor y esmero.
Este año, ya sabemos, que Nuestra Señora de la Piedad ha sido recuperada por el proyecto del licenciado en Bellas Artes, Juan Manuel Valverde Bellido, y por el imaginero restaurador egabrense, Luis Fernando Peñalba Rueda. Y bien merecían se pusieran en valor las mencionadas imágenes, porque se ha puesto solución, según el proyecto de ambos artistas, a los problemas estructurales y de soporte que presentaba la obra a nivel general: “Sobre todo se ha prestado especial atención a los desplazamientos de la materia del soporte y a la estructura interna del grupo escultórico, el cual, podía comprometer la estabilidad general de la pieza”. También se ha trabajado en la protección y limpieza de las partes originales conservadas: “sobre todo a nivel de policromías”.
Indudablemente que la remoción de “añadidos extraños a la obra original, aplicados con anterioridad, dañaban su aspecto e integridad”. Por lo que han optado “en hacer reposición de los estucos perdidos o en mal estado por los movimientos de la madera, roces y erosiones, utilizando materiales compatibles con los originales de alta calidad y durabilidad”.
Asimismo se ha realizado una actuación curativo-preventiva sobre la posibilidad de ataques de xilófagos (no detectados en principio durante el examen preliminar). Otras cuestiones que se han resuelto ha sido la reposición de faltantes a nivel de talla: preparación, estucos, policromías, etc., más “la limpieza y reconstitución razonable de zonas polícromas y carnaciones con materiales compatibles con los originales y respeto al carácter primigenio de la obra”.
El mencionado proyecto se inició el 4 de septiembre de 2024, con ayudas económicas de la Diputación Provincial de Ciudad Real y, actualmente, Nuestra Señora de la Piedad ya ha sido entregada a la Cofradía y está preparada para la procesión de Viernes Santo.
En realidad, en el mencionado grupo escultórico, la imagen de la Virgen, es de gran valor expresivo; pues la Madre figura sentada sobre una peña inclinada sobre el flácido cuerpo de su Hijo que acaba de ser bajado de la Cruz. María, cuyos rasgos son, según anotan los restauradores: “De gran corrección, sobrecoge por la tristeza que deja entrever en un llanto apenas contenido. En cuanto al cuerpo exánime de Cristo, descansa entre las rodillas de su Madre, sostenida la cabeza del Señor con amoroso cariño, con la mano izquierda”.
Según el proyecto, la obra se inspira en los grupos escultóricos de la Piedad, realizados por Luis Salvador Carmona en el s. XVIII para Salamanca y Madrid y que sus discípulos (Juan Adán, Antonio Calbó y otros) difundieron luego por Cataluña y Extremadura. Y fueron los talleres de arte religioso de la localidad gerundense de Olot los que difundieron, desde finales del s. XIX, estos y otros modelos de manera industrial, buscando iconografías con las que los fieles se identificaran fácilmente, pare reproducirlas de manera seriada con materiales ligeros, extendiéndose fuera de las fronteras nacionales a las internacionales.
Indudablemente, según explican los restauradores, después de haber sido ignorada y poco apreciada: “La imaginaría procedente de los talleres olotenses es hoy valorada y reivindicada por la crítica y los historiadores; pues se trata de un producto artesanal que toma como modelo los tipos de la mejor imaginería de los siglos XVI, XVII y XVIII, pues simplificando sus formas, los reproduce de manera seriada con gran aceptación general”. En cuanto al grupo escultórico de Nuestra Señora de la Piedad, es un “buen exponente” de las mencionadas imágenes.
Por nuestra parte, nos congratulamos con la iniciativa de la Cofradía del Santo Sepulcro y Nuestra Señora de los Dolores. Y, copiando a lo que dice su Consiliario, don Ángel Moreno: “Al final del recorrido de la Semana Santa, podamos cantar todos juntos el aleluya de la resurrección de los corazones renovados y llenos de la paz que solo Cristo nos puede dar”. Laus deo.
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Domingo, 30 de Marzo del 2025
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