Defienden los aficionados a las vespas que esas particulares
motocicletas son casi una filosofía, una forma de vida. La poca velocidad de esos
escúteres italianos clásicos (Vespa y Lambretta), es una circunstancia ideal
para recorrer los lugares con calma, descubriendo maravillas que con otro
vehículo más rápido sería imposible. Todo el que lo conoce sabe, que Carlos de
la Osa es un inigualable fotógrafo, un irreductible véspero y un enamorado de
su tierra de La Mancha.
Así, con la Vespa como nexo de unión entre territorios,
además de como motivo para plasmar los inigualables paisajes de La Mancha, este
sábado el conocido fotógrafo inauguraba su primera muestra fuera de tierras
manchegas. “La Mancha en Vespa” alzaba el telón en el emblemático Vermú Bar de
Alicante con una gran respuesta del público. Una serie fotográfica que recorre
parajes emblemáticos —y otros apenas conocidos— de la geografía manchega, como decimos, con el scooter como hilo conductor.
“El público alicantino es muy variado, muy cosmopolita, y
eso me parece un reto precioso”, nos contaba de la Osa, satisfecho con la gran
acogida que tuvo la inauguración. Confesaba el artista que le apetecía “acercar
La Mancha a otras zonas, que conozcan esos lugares con tanto encanto que a
veces ni la propia gente de allí conoce”. Aldeas como Villacentenos o El
Lobillo, junto a pueblos más conocidos como Campo de Criptana o Madridejos ,
los inigualables paisajes manchegos y, por supuesto, Tomelloso, tienen sitio en
las creaciones del fotógrafo.
La exposición es un recorrido visual, y a veces sentimental,
por la tierra natal del autor, compuesta por una selección personal de imágenes
tomadas durante años en salidas “domingueras” con su Vespa. “Hay fotos en
color, en blanco y negro, algunas tienen más de quince años, otras son
recientes… He buscado un equilibrio estético porque el espacio lo pedía. Son
fotos más pequeñas que en otras exposiciones, pero el resultado ha quedado muy
bien”, aseguró.
Quinta exposición vespera
No es la primera vez que Carlos de la Osa convierte el escúter
en su musa. Esta es ya su quinta exposición con temática vespera, tras pasar
por espacios como, El Rinconcito y Novem Barbershop en Tomelloso, La Pajarería
en Ciudad Real y Pub Ágora en Villacañas. Esta vez, el destino ha sido un bar
con alma motera y espíritu acogedor, en el que el fotógrafo recaló tras una
concentración en la ciudad hace dos años. Señalaba el artista que “el dueño del Vermú
Bar es encantador. Me ha puesto todas las facilidades. Le estoy muy agradecido
por abrirme las puertas”.
La muestra tiene también un componente solidario, “he
contado con el apoyo y la profesionalidad de la gente de Fundación Cadisla para
la enmarcación de las fotos”. Invitó de la Osa a los asistentes a la exposición
“a un vermut de Miguel Abad, de Tomelloso, he querido que los productos de
nuestro pueblo estén presentes” como una forma de tender puentes entre ambos
territorios.
Hay que seguir mostrando lo nuestro
Aunque se prodiga poco en el mundo expositivo —“esto cuesta
mucho trabajo y no lo hago por dinero”, confiesa—, su pasión por la fotografía
y el territorio sigue empujándole a crear. Tiene claro de la Osa que “hay que hacer
cosas. Y aunque hoy en día en redes sociales a veces no se respeta la autoría
de las imágenes, hay que seguir mostrando, compartiendo, acercando lo nuestro”.
Lamenta, en ese sentido, que la fotografía “sea como la hermana menor de las
artes expositivas”.
“La Mancha es Vespa” permanecerá en Vermú Bar durante abril
y mayo, con posibilidad de prórroga.
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Lunes, 14 de Abril del 2025
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