Como es por todos sabido, Antonio Linares no tomó la alternativa en su lugar de origen, Tomelloso, se tuvo que ir a un territorio vecino, Pedro Muñoz. No me digan a mí que eso es normal… En sus años de alternativa, que son unos cuantos, ha toreado muy poco en la Feria y me dirán algunos que a veces él no ha querido. Cierto es, y es que tú siempre quieres torear en tu pueblo, pero no a cualquier precio. Si las condiciones no son dignas, mejor quedarte en tu casa, como él ha hecho en ciertas ocasiones. Me atrevo a afirmar que los taurinos sin escrúpulos abundan. Por cierto, el peor cáncer de la Fiesta está dentro, no busquen fuera.

La corporación que gobierna actualmente empezó muy bien, exigiendo a la Empresa que Antonio toreara: “Linares y dos más”. Pero al segundo año volvieron a hacerle lo que le llevaban haciendo tiempo atrás: ignorarle. Algo injusto para un matador que el año anterior había salido por la Puerta Grande, un hecho asiduo cuando ha lidiado aquí. Además de ser un torero que no se deja nada, y menos con su gente, que somos todos los que vamos al coso a verlo.

Como aficionado solo pido justicia para nuestro paisano. Este año, con el primero que deberían hablar y cerrar la contratación sería con él, y después los Morantes de turno, que lleva dos años anunciado en cartel y nos deja tirados… El que parece de Tomelloso es él, que pese a sus ausencias se le sigue convocando. Seguramente este sea el tercer año que aparezca en el cartel y no que no venga, porque el billete es chico…

Se empezará a hacer justicia con el único matador de toros que ha dado nuestro pueblo cuando se le tenga en cuenta. Una persona maltratada por las autoridades y empresas año tras año.

Él siempre está dispuesto y la gente de Tomelloso lo quiere: el cóctel perfecto. Por eso digo que este año y muchos más en las Ferias y Fiestas el cartel sea Linares y dos más.

Hasta que se harte de zancadillas y diga: “Se acabó”. Y ese día espero que sea en su Plaza, la que hicieron nuestros abuelos y de la que tan orgullosos estamos los tomelloseros.

Por cierto, esos abuelos que sí estarían satisfechos y eufóricos de tener un matador de alternativa en su pueblo, y que harían a los políticos que torease en su ruedo.