El Museo Infanta Elena de la Bodega Almazara Virgen de las Viñas alberga desde el pasado 27 de marzo la exposición de escultura de Alejandro Monge. El joven, pero ya reconocido artista zaragozano, enseña veinte magníficas obras, elaboradas con diversos materiales (resinas, cemento, hormigón, pigmentos, aluminio…) que se combinan para dar forma a procesos técnicamente complejos, que en muchos casos han sido ideados por el propio autor. Cada obra es para él un desafío que resolver buscando un resultado que sea estéticamente bello y conceptualmente contundente.
Aunque empezó a destacar como pintor hiperrealista, en los últimos años se ha centrado en su trabajo escultórico. La escultura le permite buscar retos constantemente y ve en ella mayores posibilidades técnicas y creativas. Su impecable trabajo causó sensación en la puesta largo de la exposición y en las numerosas visitas que se están produciendo en un museo que sigue ofreciendo lo mejor de lo mejor del panorama artístico del país.
-¿Esperaba la calurosa acogida que tuvo su exposición en el Museo Infanta Elena de la Bodega Almazara Virgen de las Viñas?
-La verdad es que no. Uno siempre espera que el trabajo conecte, pero la acogida que ha tenido ha sido muy especial. Vino muchísima gente y todo el mundo estuvo encantador, la verdad. No conocía tanto el contexto artístico local y me ha sorprendido gratamente el interés, las visitas y los comentarios. Ha sido una experiencia muy bonita.
- Según declaró le causó una grata impresión el espacio…
-Sí, totalmente. Es un museo muy bien cuidado, con una arquitectura limpia, y sobre todo, con una escala perfecta para poder respirar entre piezas. Me encontré cómodo desde el principio y eso se nota a la hora de montar y presentar el trabajo.
- Ha traído veinte obras, muchas de ellas relacionadas entre sí, ¿qué nos quiere transmitir y ofrecer en esta muestra?
-En realidad la exposición funciona como una especie de mapa de ideas: hay obras que dialogan directamente, otras que son más independientes, pero todo tiene un hilo común que es la figura humana enfrentada a lo contemporáneo. Me interesa hablar de nosotros mismos desde un lugar muy visual, casi teatral.
- Parece que tenga obsesión por la figura humana en sus creaciones, ¿a qué se debe?
-Sí, y no intento disimularlo. La figura humana me parece lo más potente para hablar de lo que somos. Me permite una carga simbólica muy directa, pero al mismo tiempo siempre se puede reinterpretar desde muchas capas.
- Utiliza materiales ciertamente particulares, se aleja de la piedra o el metal…
-Sí, me interesan los materiales más cercanos a la cultura visual actual. Lo digital, lo industrial, lo sintético. Uso procesos experimentales. Mi estudio se parece más a un laboratorio que al clásico espacio de un artista. Creo que son lenguajes del presente y me gusta apropiármelos para darles un uso más artístico, más emotivo incluso.
-Su obra muestra una meticulosidad fascinante y un trabajo ímprobo, ¿cuánto dedica a sus creaciones?
-Muchísimo. Y más de lo que parece. Hay obras que requieren meses de trabajo, pero además hay mucha parte invisible: pruebas, fallos, reconstrucciones, documentación. Es un trabajo muy físico, pero también muy técnico. Me gusta controlar todo. soy un poco obsesivo con eso.
- En su doble faceta de pintor y escultor, ¿dónde se siente más a gusto?
-Ahora mismo me siento más cómodo en la escultura. Me permite una tridimensionalidad que me obsesiona, un diálogo con el espacio y con el cuerpo del espectador que la pintura no tiene. Pero vengo de la pintura y sigo usándola a mi manera.
- Algunos escultores que empiezan aseguran que la escultura no goza del mismo grado de reconocimiento y apoyos que la pintura ¿comparte esta opinión?
-Sí, en general es así. La escultura es más compleja de producir, de transportar, de exponer, de coleccionar. Eso hace que tenga más barreras. Pero también creo que ahora hay un nuevo interés por lo escultórico, sobre todo desde lo conceptual y lo instalativo.
- Es joven y ha logrado ya numerosos éxitos y reconocimientos ¿cómo se procesa esto?
-Con trabajo. Es muy fácil perderse en el ruido o en la expectativa, así que intento centrarme en seguir investigando, mejorando, probando. Me interesa mucho más el proceso que el aplauso.
- Expone en la tierra de Antonio López, que también ha realizado importantes trabajos en la escultura ¿hay alguna influencia del artista sobre usted?
-Es un referente inevitable para todos los que hemos crecido en España con vocación artística. Su nivel técnico, su forma de mirar la realidad… siempre han estado ahí. Pero mi camino va por otros códigos, más contemporáneos y más híbridos.
-Hábleme de referentes que tenga tanto en la pintura como en la escultura…
-Me interesan artistas como: Anish kapoor, Ugo Rondinone, Olafur Eliasson.. Es curioso, porque su trabajo es completamente diferente al mío, no tiene nada que ver, pero me encanta su contemporaneidad los materiales, como resuelven sus obras, tengo gustos muy eclécticos.
-¿En qué proyectos trabaja actualmente?
-Estoy desarrollando varias piezas nuevas que mezclan escultura, instalación y vídeo. También estoy trabajando con una persona en estrategias de comunicación más potentes para acercar mi obra a otros públicos y contextos. Y preparando una escultura de gran formato para una de las principales avenidas de mi ciudad Zaragoza. También en diciembre mostraré una exposición individual en el museo Pablo Serrano de Zaragoza, donde quiero presentar las propuestas más innovadoras que he ido desarrollando a lo largo de estos dos últimos años.
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Miércoles, 16 de Abril del 2025
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