Sus muros han sido testigos privilegiados de innumerables historias de tomelloseros que han comenzado su vida cristiana en ella y que la han continuado con otros votos con los que han sellado su compromiso con la Fe, alzando su oración en los momentos de dolor y pérdida que también ha visto como aquellos que tanto oraban, desfilaban por su pasillo central, despidiéndose de quien tantas veces acogió sus secretos, sus anhelos y sus peticiones más íntimas, en clara comunión con Dios.

Estos 450 años nos evocan a recordar a aquellas figuras pastorales que han guiado con su sacerdocio, la vida de tantas familias para las que ellos eran parte esencial e indisoluble de las mismas. Consejeros en los momentos más difíciles de aquellas, su autoridad se ejercía de manera natural y consustancial a los tiempos que corrían en cada época y representaban las escenas más costumbristas que con tanta maestría describía Francisco García Pavón representando el paisaje más vital enmarcado en el recogimiento más absoluto que reinaba dentro de sus techos profundos y cuya altura nos quería trasladar su perpetuidad más allá de los hombres.

Hoy la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción acoge serena y orgullosa, con brazos maternales y con responsabilidad y dignidad contenida a uno de sus más ilustres hijos, al venerable Ismael de Tomelloso, y lo hace celosa porque sabe que guarda un tesoro lleno de generosidad y compromiso con lo divino y con la Fe, siempre la Fe.

En este feliz aniversario, te felicito querida Parroquia y te rindo mi personal y particular homenaje y deseo que el respeto y la concordia sigan iluminando el camino que empezaste. Que tus muros sigan guardando los secretos del alma y del pensamiento, que sigas siendo lugar de concordia, recogimiento, diálogo y libertad. Que sigas siendo la Madre ejemplar para todas las demás.

Feliz aniversario.