Un Papa ha deseado pasar a la historia de la Iglesia con el nombre de León. (En un artículo anterior comentaba el hecho de que más importante que conocer la identidad del nuevo Papa era el nombre que elegiría para el ejercicio de su misión como pastor de la iglesia universal).
El cardenal Roberto Francisco Prevost Martínez ha decidido pontificar como León XIV. Días vendrán en los que sabremos todas las razones por las que ha querido continuar el guarismo de otro gran pontífice; de momento como ha explicado a los cardenales, por la contribución de León XIII al acercamiento de la Iglesia al mundo de aquel tiempo plasmado en la Rerum Novarum (De las Cosas Nuevas) una encíclica rompedora que daba luz a cuestiones sociales y políticas y en concreto a la relación del capital y el trabajo y a la dignidad de todo ser humano.
Sin embargo, ciento veintidós años después…la sociedad, el mundo donde la Iglesia debe evangelizar ha cambiado y en algunos aspectos de manera cualitativa. Los descubrimientos y avances científicos y técnicos, la digitalización, el desarrollo de las ciencias positivas, las posibilidades del ser humano, su esperanza de vida, el llamado bienestar social, el relativismo moral y ausencia de valores trascendentes han dado lugar a un ambiente donde para muchas personas la necesidad de Dios parece no existir. Quiero decir con esto que el Papa León XIV va a desarrollar su pontificado eclesial en un mundo con situaciones más complejas que León XIII y mucho más laicista.
Los distintos medios se afanan ahora en “catalogar” al nuevo Papa siempre desde una perspectiva lega y externa, carente del conocimiento exigido sobre la única misión del sucesor de Pedro, que no es esencialmente política, social, económica, sino evangélica y eclesial, es decir, de otro orden, más permanente y trascendente, gracias a la Resurrección. El Papa, los obispos son ante todo como sucesores de los apóstoles, guardianes de las verdades reveladas y testigos de la Fe. Por tanto calificar a un Papa como progresista o conservador, continuista, involucionista o revolucionario supone establecer unas coordenadas erróneas que al final confunden a los mismos que las intentan aplicar.
El cónclave ha elegido a un Papa de sólida formación poliédrica: matemático, filósofo, teólogo y canonista, con una edad que le permitirá pastorear a la Iglesia durante un tiempo suficiente como para llevar a cabo aquello que tenga en mente. Un obispo misionero, conocedor de la curia vaticana y con una extensa experiencia pastoral tanto dentro de su congregación agustina como obispo de una diócesis peruana de escasos recursos. Posee en consecuencia un conocimiento muy extenso de la realidad eclesial.
El presidente de la Conferencia Episcopal de EEUU, cardenal Broglio ha manifestado algo que resulta evidente para quienes formamos parte de la Iglesia: “Habrá continuidad, pero al mismo tiempo tendrá su propia visión y su impronta personal”. Y es que todos los Papas establecen su magisterio siguiendo la tradición de la Iglesia y las verdades de Fe. Pero ningún Papa es clonado, una copia de los anteriores, sino que ha sido elegido para desarrollar su misión libremente en función de unas capacidades personales y episcopales que lo hacen apto y conveniente para llevar el timón de una Iglesia que ha de evangelizar en tiempos conceptual y moralmente convulsos. Pero también Broglio ha dicho: “Creo que el Santo Padre hablará de las cosas sustanciales y no de las accidentales. Ese será su gran don” (Quizá puedan atribuirse estas palabras como una crítica a la dedicación excesiva de Francisco por asuntos no troncales de la Iglesia)
Queda por ver cuáles son esas cosas calificadas como importantes, pero quien escribe se atreve a decir alguna: Otorgar responsabilidades a los seglares, hombres y mujeres, en las actividades donde no es necesario el ministerio del orden sacerdotal para ejercerlas en las estructuras de la Iglesia, en concreto en aquellos temas que afectan a su temporalidad, cuestión que estimo necesaria y urgente para abrir la Iglesia al lenguaje del mundo y viceversa. En otras palabras, disminuir el excesivo clericalismo que invaden las instituciones eclesiales.
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Viernes, 9 de Mayo del 2025
Domingo, 11 de Mayo del 2025
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