José Antonio Serna ha condujo de manera amena y cercana un acto que  contó con la presencia de las concejalas del equipo de gobierno, Carmen López y Rocío Valentín; del presidente de la Hermandad de San Isidro, Manuel Ruiz, de directivos y socios de la hermandad y numeroso público. Los ediles del grupo socialista  excusaron su ausencia.

“La agricultura es uno de los conocimientos ancestrales de la humanidad, un motor de la civilización que  propició los primeros asentamientos, más seguridad alimentaria y disponer de más tiempo para otras labores, en definitiva, un hito que transformó al ser humano”, señaló Rubio que  profundizó en la etimología de la palabra cultivo para relacionarla con las de culto y cultura.

El pregonero repasó festividades de diversas civilizaciones que se hacían en primavera “coincidiendo con la floración de los cultivos” para referirse después a la vida de un santo al que se atribuyen milagros  para conseguir abundantes cosechas y desarrollar el trabajo de la mejor manera posible. “Los milagros de San Isidro fueron el vector del desarrollo y el progreso en la agricultura”, señaló a la vez que ha reconoció el importante papel que juegan las hermandades manteniendo la fe en San Isidro.

Elogió Rubio la figura de un santo que vivió de manera humilde y sencilla. “Nos transmitió un sentimiento de vida en comunidad, de colaboración permanente entre iguales, de fraternidad” y  relacionó esta idea con su etapa política como edil de Agricultura. “Los avances que se consiguieron fueron fruto de la cooperación y el apoyo mútuo. La agricultura necesita unión y no divisiones”.  Se  despedió con una frase del sabio Marco Terencio Varrón, “el agricultor es el constructor de la mesa, el corazón del campo”.

Tras recibir un diploma conmemorativo e imponerle el pañuelo de hierbas, llegó el momento de nombrar  labrador 2025 a Gregorio Navarro, “un hombre comprometido con la fe, la vida y las personas que lo necesitan”, apuntó el presentador. El homenajeado resaltó en su intervención que “la vida de cualquier hombre necesita una dirección y yo elegí la mía apoyándome siempre en San Isidro”. Poco después subía al estrado, con el susto de la caída del mástil del estandarte por medio, José Antonio Sánchez Ballesteros para recibir los honores del pregonero musical. “Siempre llevaré muy dentro esos años de amabilidad y cortesía de Tomelloso. Compuse el Himno a San Isidro para compartirlo  con todos vosotros”,  dijo antes de la ovación que le  dedicaron los asistentes.