Cooperativas Agro-alimentarias Castilla-La Mancha ha elaborado un nuevo estudio que analiza en profundidad la situación del cooperativismo agroalimentario en nuestra comunidad autónoma durante el año 2023. Un documento que plasma que a pesar de factores agrarios, la inestabilidad meteorológica y el incremento de precios de los  insumos, el cooperativismo agroalimentario en la región, mantuvo su fortaleza económica durante el año 2023.

La sequía provocó una disminución en la cosecha de cultivos herbáceos, mientras que la inestabilidad meteorológica causó daños en diversas producciones, como frutas, frutos secos uva y aceituna. La situación también afectó a la ganadería, con indemnizaciones récord para productores de ganado vacuno. 

La sequía afectó significativamente la producción de cultivos herbáceos, como cereales, leguminosas y barbechos. Las plantaciones de almendros y pistachos, aunque continuaron en menor medida que en años anteriores, también se vieron afectadas, detrayendo menos superficie de herbáceos que en campañas previas.

Ante estas circunstancias, el cooperativismo agroalimentario sigue demostrando su contribución al PIB de la región con más de 2.672 millones de euros. Un modelo de negocio que aporta el 40,2% a la producción agraria de la región y el 4,1% a la producción agraria nacional. Nuestro modelo cooperativo aporta el 34,7% del valor de la industria manufacturera de la región y el 21,9% del PIB de toda la industria regional.  Resulta destacable la importancia del modelo de negocio, ya que, se asienta en 297 municipios de la región (32,3% del conjunto de municipios de Castilla-La Mancha). 

Este documento, que cuenta con el apoyo de la Consejería de Economía, Empresas y Empleo a través de la línea de ayudas directas del programa de apoyo a la creación y al empleo en cooperativas y sociedades laborales de Castilla-La Mancha, nos permite mostrar la importancia que el modelo tiene para nuestra región, siendo un sector estratégico, dinámico y que está apostando por seguir avanzando en la calidad y la generación de valor pese a enfrentarse a factores externos como es la falta de control en la regulación de los precios de demanda, la situaciones geopolíticas a las que nos enfrentamos y la climatología. 

Número de cooperativas en la región

El modelo cooperativo agroalimentario cuenta con 532 cooperativas de primer grado y SAT (estas últimas con marcado carácter social, ya que el censo regional muestra la existencia de 2.000 empresas con cierto carácter familiar), siendo un colectivo muy atomizado. En cuanto a cooperativas de segundo grado contamos con 22 en toda la región. Aquí cabe señalar que las cooperativas agroalimentarias representan el 54% del conjunto de entidades de Economía Social. Por otro lado cabe señalar que somos el 26,2% del conjunto de industrias agroalimentarias de la región. 

Las personas son el eje que mueve nuestras cooperativas. Contamos con 6.514 puestos de trabajo en cooperativas de primer grado y SAT y 245 puestos en cooperativas de segundo grado, de los cuales el 70% son fijos, lo que demuestra la estabilidad del empleo. Representamos algo más del 11% del empleo total del sector primario de nuestra región. 

En cuanto a la base social, son 158.599 personas las que forman parte del modelo cooperativo, donde aún queda un gran trabajo por hacer, fruto de la cultura y la historia para integrar a la mujer (representa el 28,4%, frente al 71,6% que son hombres). Hoy por hoy, las personas que forman parte de la base social de las cooperativas representan el 10,4% de la población activa de Castilla-La Mancha. 

La integración de personas en cooperativas de segundo grado sigue creciendo, fruto del proceso de concentración de la oferta, siendo ya 58.616 personas las que están integradas en cooperativas de segundo grado.  Uno de los grandes retos a los que seguimos enfrentándonos es la falta de participación de jóvenes en el sector. El porcentaje de socios y socias mayores de 65% supera el 28% y la tasa de relevo de jóvenes no llega al 9%. En los próximos años se jubilará más del 43% de nuestra base social. 

La dimensión del modelo cooperativo

Si hablamos de dimensión, las cooperativas de Castilla-La Mancha aún tienen camino por recorrer en la concentración de la oferta. El valor medio de la comercialización está en 4,2 millones de euros, frente a los 10,6 millones de euros a nivel nacional. Las cooperativas que se encuentran en el TOP-50 de nuestra región, en los últimos tres años ha crecido su comercialización un 13,2%. El 18,2% de las cooperativas de primer grado concentran el 73,4% del valor generado y el 31,8% de las cooperativas de segundo grado el 81,1% del valor generado. 

Por sectores productivos, sigue predominando la importancia del sector vitivinícola con el 33,9% del valor, seguido de alimentación animal con el 12,8%, aceite de oliva con el 12%, frutas y hortalizas con el 11,7%, cultivos herbáceos con el 6,4%, ganadería con el 5,4%, frutos secos con el 0,7% y forrajes con el 0,1%. En cuanto a secciones auxiliares, suministros representa el 15,4% de la facturación, y servicios, pese a su crecimiento, sigue representando un 0,9%. 

El comercio internacional es una oportunidad importante para el modelo cooperativo y para nuestro sector, pese a enfrentarnos a situaciones  convulsas como es la invasión de Ucrania y efectos asociados a la inflación y el incremento de precios que en estos años se produjo de inputs e insumos provocados por los efectos de la sequía, mostramos los datos más relevantes de la comercialización de las cooperativas en el exterior. Hoy por hoy en este estudio mostramos la vocación exportadora de las cooperativas de la región, con 243,9 millones de euros de facturación a la UE y 30 millones de euros al resto del mundo. 

El modelo cooperativo es y sigue siendo un agente clave para regular la producción de alimentos desde el medio rural y para llegar a todos los eslabones de la cadena de valor y alimentar el medio urbano. 

Afrontamos grandes retos asociados a la concentración de la oferta, el necesario relevo generacional (en lo agro, pero también en lo no agro, la tendencia hacia una producción de alimentos cada vez más sostenible, la digitalización y las mejoras técnicas en los procesos, así como a la competencia de terceros países y la saturación de mercados, provocada por la disposición de productos muy comodities, en muchas ocasiones con condicionantes a la producción muy inferiores a los que tenemos las cooperativas dentro de la UE.