El Café de la Glorieta acoge desde este jueves ano la
exposición “Retratos”, la segunda muestra en solitario del joven artista
Dylan Zambrano (Tomelloso, 2004). Vuelve al emblemático Cafetín con una
serie de obras centradas en el rostro humano como vehículo de expresión y
emoción. La exposición, compuesta por obras ejecutadas a lo largo de un año,
podrá visitarse hasta finales de verano y se convierte en una nueva declaración
de intenciones del joven pintor, que combina técnica, color y sentimiento.
“Retratos” es, como explica Zambrano, el resultado de un año de trabajo constante, “empecé el verano pasado, entre junio y agosto, y he terminado hace apenas unas semanas. La muestra incluye retratos realizados tanto del natural como a partir de fotografía, y entre los personajes representados se encuentran amigos y familiares del artista, así como figuras clave en su formación, como Rogelio Garrido Ruiz, el maestro que le introdujo en el mundo de la pintura, o Inmaculada, compañera de aquel primer taller. “Todos son conocidos para mí. Son personas que significan algo en mi camino como pintor”, dice el artista.
Zambrano no solo retrata el rostro físico, sino que busca
capturar aquello que no se ve a simple vista, la fuerza de una mirada, la
personalidad que se insinúa en una expresión o en un gesto. “No intento
hacer un retrato exacto, sino simplificar y saturar el color para captar más la
atención. El retrato no es plano; tiene volumen, vida, carácter”, explicaba
al periodista.
En cuanto a la técnica, el joven artista combina acrílico y óleo, aprovechando la rapidez del primero y la maleabilidad del segundo, y también recurre a otros materiales, carboncillo y lápiz sanguina, logrando así una variedad de registros expresivos. A pesar de su juventud —apenas 20 años— Zambrano cuenta con una trayectoria de más de una década en la pintura, desde que comenzó con apenas 10 años de la mano de Garrido Ruiz.
Aunque en esta ocasión la muestra no tiene un carácter
comercial, Zambrano reconoce que su objetivo es “dar el salto a una galería
en Madrid y seguir creciendo como profesional”. Mientras tanto, compagina
su vocación artística con estudios de soldadura, en busca de una estabilidad
que le permita seguir creando.
El artista también trabaja en una nueva serie de paisajes
inspirados en las Lagunas de Ruidera, un tema que le apasiona y que quiere
combinar con el retrato para seguir desarrollando su estilo. Sus influencias
pasan por nombres como El Greco y William Turner, dos referencias que hablan
tanto de su interés por la expresión dramática como por el tratamiento de la
luz y el color.
Zambrano se muestra orgulloso de exponer de nuevo en el
Cafetín, “un lugar que siempre ha sido refugio de artistas, poetas y músicos”,
y al que se siente vinculado emocionalmente. “Mi idea es que cada proyecto
que haga lo presentaré aquí primero. Va a ser como una tradición, un menú de la
casa.
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Viernes, 6 de Junio del 2025
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