Si no trabajo hoy no es por
pereza
que bien quisiera hacer
bastantes cosas,
variopintas, mas sobre todo
hermosas,
pero no lo permite mi
tristeza
que hace mis jornadas
desastrosas.
Estoy cargado de melancolía
que con razón, o no, me
martiriza,
que a mi alma maltrata y
apaliza
una hora tras otra cada día
hasta dejarla como de ceniza.
Luchando por borrar esta
estadía,
poniendo en ello mi mayor
empeño,
pienso que alguna vez lo
lograría
mas no puedo vencer en la
porfía
y a las fuerzas del mal yo me
domeño.
Y en esa situación triste y
penosa
van mis horas despacio
discurriendo
dejando a mi alma horrible,
desastrosa,
cargada de dolor, débil,
llorosa,
al ver que de esta forma voy
muriendo.
Ignoro si este mal tiene remedio
o mi amargura es irreparable;
si está mi vida al fin o en
el comedio,
mas si mi muerte no es
inevitable
al menos que no sea
desagradable.
Tampoco sé si pido con
exceso,
si mi ruego podrá ser
atendido,
si habré de estar por siempre
deprimido,
si he de vivir ya siempre
como preso,
sin ilusión y de dolor
transido.
Mas como fuere mi existir
postrero
lo aceptaré tranquilo y
resignado;
tan sólo agradecer es lo que
quiero
a quien algún cariño me haya
dado.
De su bondad me siento
pregonero.
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Domingo, 8 de Junio del 2025
Domingo, 8 de Junio del 2025
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