“No tengo la voluntad de salir de ningún armario. Siempre he estado ahí. El PSOE necesita gente que diga lo que piensa”, ha declarado, subrayando que no está en ninguna carrera sucesoria y que su libertad para hablar proviene precisamente de no estar buscando “hueco en ninguna foto”.

A juicio de García-Page, el partido no solo vive “un problema de imagen pública”, sino un episodio de “credibilidad grave”. Lo peor, advierte, es que “lo que más preocupa al presidente del Gobierno ni siquiera está en los periódicos”. En este sentido, ha mencionado la existencia de grabaciones en discos duros y pendrives, así como amenazas directas a cargos del partido, como el ministro Óscar Puente, que todavía no han visto la luz.

Frente a la narrativa de los últimos meses, el presidente castellanomanchego ha defendido la labor de la justicia y de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. “La idea de que la justicia está contaminada y de que todo es un montaje me resulta inaceptable. La UCO no actúa por su cuenta. Quien actúa es un juez”, ha sentenciado, deslizando que se está utilizando el poder desde una especie de “búnker”.

Sobre el caso Koldo, ha señalado que los implicados “cuando pedían dinero no pensaban en el PSOE”, negando financiación ilegal del partido y describiendo las operaciones como maniobras individuales en beneficio propio. En esta línea, ha mostrado su preocupación por “el tipo de gente que se iba sentando en la mesa del poder” en los últimos años.

García-Page también ha cuestionado la narrativa de confrontación impulsada desde Moncloa: “No podemos usar el comodín de la extrema derecha y de los independentistas todo el rato”. A su juicio, lo que está en juego no es solo la continuidad del Gobierno, sino la salud democrática del propio partido. “El PSOE no puede ser una coartada para que gobierne solo un núcleo”, ha alertado, reivindicando un partido con independencia interna y libertad crítica.

De cara al próximo Comité Federal del PSOE, el presidente castellanomanchego ha confirmado que asistirá y hablará si tiene turno. “Si me dejan cinco minutos, los aprovecharé”, ha dicho con rotundidad. También ha dejado claro que no está dispuesto a “ser ariete de nadie” ni quiere que lo “apadrine” nadie: “Yo estoy en política por convicción”.

En un tono irónico, ha recordado unas palabras de Pedro Sánchez tras las elecciones de 2014: “He hablado con Begoña. Si vuelvo es para liarla gorda”. Y ha concluido: “Bueno, pues efectivamente”.