Opinión

La estética es exigencia de Ciri

Joaquín Patón Pardina | Sábado, 5 de Julio del 2025
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Con 37 grados a la sombra me despacho con urgencia para entrar lo antes posible en el clima de frescura y bienestar de la cafetería.

Me ha adelantado Ciri, se encuentra sentado y hurgando en la pantalla del teléfono móvil, celular para nuestros amigos de otras culturas.

Saludos, parabienes, demandas por la salud de los últimos días y mi amigo que me espeta:

—Si no te lo comento reviento.

—No. ¡Por Dios!. No revientes que vamos a perdernos el disfrute de nuestra reunión del “Veneris dies”, —respondo con ausiones, carcajadas y levantar de brazos  simulando sorpresa, asombro y asomo de miedo fingido.

—Deberías dedicarte a la tragicomedia, compañero de cafés, tu ausencia de miedo al ridículo es cuasi infinita —añade mi amigo mezclando reprimenda con hilaridad a partes iguales.

Interrumpen la fingida polémica el  café y sus compañeras. Ciri deja descansar el teléfono en la mesa, carraspea  dos veces y lanza sus manos con suavidad y delicadeza de vuelo mariposil sobre los manjares. Los prueba con su deleite habitual, asintiendo en silencio la comprobación placentera. Permanece a unos pasos de distancia, como con disimulo, el camarero observando a Ciri, sonríe al comprobar los resultados leídos en las expresiones de mi amigo y se apresta a cumplir otros servicios.

Vuelve el compañero a alumbrar la pantalla del móvil toca dos veces y aparece una noticia, entretanto va añadiendo:

—Dilecto amigo, uno de los periódicos que ojeo, de ojo , no de hoja,  puesto que es digital, varias veces al día es La Voz de Tomelloso. Un diario de altura inconmensurable gracias al trabajo de sus periodistas responsables y otros colaboradores.

—¡Cierto! Yo también soy de los tuyos y coincido con tu juicio sobre esta publicación. Añado que se lee en medio mundo, tengo testimonios para asegurarlo.

—Ayer jueves día 2 daba la noticia de la concesión de los premios de la Fiesta de las Letras en la 74 edición, de manera detallada, elegantemente literaria e informativamente interesante.

—Ciertamente, así es. También yo disfrute de la noticia novedad.

—Para ti y para mí, así como en secreto, ¿viste las fotografías que acompañaban la comunicación?

—Sí. Mostraban las personas que habían compuesto el jurado junto a otras de la Concejalía de Cultura, Educación  y de la Biblioteca. Me parecieron muy apropiadas para ilustrar la noticia.

—Otra pregunta, amigo, mientras continuamos con el café: ¿Sabes lo que es la Estética?

—¡Ciri, por favor! Ya estás con tus jeroglíficos mentales de razonamientos laberínticos. Volvemos a los estudios del instituto. Recuerdo que es una rama de la Filosofía que estudia la belleza, el arte, la hermosura y sus plasmaciones en la vida, en la naturaleza, en el mundo.

—¡Perfecto! Así es. Pues bien, ahora aplica el concepto de Estética a las fotos del artículo citado y observarás el contraste que hay. Varias personas en ellas fotografiadas, nada menos que en el Museo Antonio López Torres, parecen más bien por sus vestimentas y posturas que vienen de terminar una noche de fiestas saturnales. Mira… Observa… —el compañero me muestra las fotos, ampliando algunos detalles.

—Amigo, no puedes ser tan exigente, cada uno viste como quiere y se sitúa en las fotos como mejor le parece. A ver si nos vas a imponer, al estilo de los políticos a los que críticas, unas leyes rancias.

—No, no defiendo leyes rancias. Es que es imprescindible saber estar y saber presentarse según a qué actos asista. Si estoy en mi casa utilizaré una vestimenta cómoda, si voy a las viñas me pondré otra y si necesito tomar parte en un acto público y de repercusión cultural de ámbito mundial como es la Fiesta de las Letras de Tomelloso, comprenderás que no puedo ir en chanclas, con pantalón corto, con la gorra de vendimiar o con el “saquete de tela con la  merendilla”.

—Ciri, sigo insistiendo en la libertad que poseemos cada persona para vivir, actuar según nuestros gustos, caprichos o modas. Te recuerdo el refrán “el hábito no hace al monje”. Aplícalo y verás que me acompaña la razón.

—Amigo, tú dirás lo que quieras, efectivamente como has dicho eres muy libre de expresar tus opiniones. Me podrás tildar de ideas ya pasadas, pero de lo que estarás al unísono conmigo, incluso si a cien jueces preguntáramos me darían la razón, es que, si aplicáramos las enseñanzas de la Estética a algunos personajes de las fotos, ambos estarían situados en las antípodas. Son irreconciliables como los polos de un imán.

—Voy a alegar una razón más, —continúa Ciri imparable— ya en el gran Imperio Romano los emperadores disfrutaban, junto a consejeros en materias políticas, de personajes entendidos en la elegancia  y refinamiento en el vestir y protocolos. Entre ellos es famoso Petronio “arbiter elegantiarum erat”, citado en la antigüedad  por Tácito y más recientemente en la novela “Quo vadis?de Henryk Sienkiewicz.

Imposible ponernos de acuerdo en el tema de hoy. Como la amistad está por encima de cualquier discrepancia, sabiendo que argüir es imprescindible entre personas pensantes, lo dejamos ahí, pero… nos vamos directos a la heladería, nos llama a gritos el cucurucho de turrón con sombra.

Post Data   : Si algún lector o lectora quiere participar en el debate entre Ciri y su amigo podéis ver el artículo y fotos en este ENLACE


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