Entre el público que casi llenó el corral de comedias pudimos ver a muchas personas de Tomelloso que acudieron a arropar a su paisano Miguel Huertas. Una noche calurosa, serena, propicia para el teatro, para sumergirnos en la época más prolífica de las artes en nuestro país. Como señala la información previa “del encuentro entre lo sensorial y lo espiritual” surge un espectáculo que “funde en un todo orgánico música y poesía”, con el amor como crisol.

Poesía y música en intima conversación

“Diálogos de Oro” es un concierto dramatizado que toma textos de Lope de Vega, Leonor de la Cueva y Silva, Violante do Ceo, Hernando de Acuña, Juan Ruiz de Alarcón, Catalina Clara Ramírez de Guzmán, Quevedo, Teresa de Jesús, del Marqués de Santillana, Garcilaso de la Vega, Marcia Belisarda, Villamediana o Boscán. Y los engarza con la música de Juan de Anchieta, Enrique Granados, Eduard Toldrà, Marcela Rodríguez, Miquel Ortega, Fernando J. Obradors y Miguel Huertas.

Con una sobrecogedora intimidad, Huertas, Acosta y González, dialogan con versos desgarrados, gritos de amor, estrofas galantes, poesía disimulada y venenosos celos. Un encuentro entre lo sensorial y lo espiritual, un crisol donde el amor se mostró doliente y gozoso, deseado y temido, pero siempre libre. Y lo hacen a pecho descubierto, sin trampantojos. Silvia Acosta recita sin aspavientos, con la belleza de la palabra y su voz como armas, sin necesidad de distracciones. Ruth González da la réplica con su canto, claro, potente, nada alambicado. Y Miguel Huertas se encarga de crear una atmosfera musical única que potencia “las desmesuras del amor” de una época única.

Se nos hizo corta la hora que dura “Diálogos de Oro”, el viaje al reino del amor y lo sentimientos nos pareció escaso. Pero nos acordamos de Boscán. Los tres intérpretes recibieron una gran ovación del público y tuvieron que salir a saludar en varias ocasiones.