Hoy caminamos sobre
estratos-sedimentos-suelos…, que fueron lecho de mares de muy lejanos tiempos…
Álveos, pedregales, restos de rañas-guijarrales, “mortificados” y flameados por
la calina de nuevas eras geológicas y antrópicas… Maravillosos “universos”
naturales, hoy aterradores por bárbaras acciones e indolencia humanas…
Riachuelos, madrejones y hontanares “basureados”, fantasmagóricos…
Aberraciones, degradación, olvido… Cierto es que todo tiene su principio, su
hora, su medida, su término y su final. En “mis cerros” y en “mi Aguazal” en
los que fui creciendo; a los que yo también “a mis soledades” he ido y de “mis
soledades” he venido tantas y tantas veces, he visto tantos y tantos misterios
emanado de misteriosos resplandores, que venían y se iban a sus mundos… Hoy,
sin poder evitar totalmente la torunda humana, que poco a poco va arramblado
con los “universos” de mis ayeres primeros…, ando por laderas montaraces y miro
el desgarrado lienzo del “Aguazal” y me alelo cavilando que el agua ha sido la
verdadera escultora, de la mayor parte del paisaje de nuestro, humillado,
planeta.
Andamos por
orografías-topografías kársticas, cuya facies abarca la mayor parte de la
cuenca del Alto Guadiana. Pisamos derrubios con rocas detríticas, cristales,
yesos, margas arcillas, bloques pétreos fruto de diagénesis de hace millones de
años… Abajo el río, inmerso en su proceso de erosión, transporte y
sedimentación, en sus tres trechos o tramos: curso alto curso medio y curso
bajo. Nos encontramos en el ámbito del curso medio; donde el cauce-lecho se
encaja con morfología de artesa y fondo de saco, entre laderas y collados… Tras alados saltos—hoy sufre
parálisis— por travertino de geológica belleza— “El Hundimiento”— que se empezó
a formar hace unos quinientos mil años, el río ha venido impregnando el paraje
de atávicas memorias…Travertino, que se empezó a “degollar”, cuando el “pan se
mojaba en las eras”… Corriente abajo, se desparrama en varias zonas de vega.
Desde el alcor donde nos
hemos parado para cavilar sobre el principio y fin de las cosas…, las prístinas
geoformaciones exokársticas
travertínicas del curso alto, no son visibles. A la vera del “Aguazal”
algarabía de espanto y tedio…; dando vueltas como trompos, en el gran trompo
que es nuestro planeta Tierra. Unamuno, en su “Del Sentimiento Trágico de la
Vida”, dijo: “Don Quijote no ha llegado a la edad del tedio de la vida, que
suele traducirse en esa tan característica topofobia de no pocos espíritus modernos,
que pasan la vida corriendo a todo correr de un lado para otro, y no por amor a
aquel adonde van, sino por odio a aquel otro de donde vienen, huyendo de todos.
Lo que es una de las formas de desesperación”.
En el karst del Alto
Guadiana, con relación a la carga e “ímpetu” de la corriente, y por supuesto
con las variaciones climáticas, se han venido produciendo deposiciones, de
espesor variable, de limos, carbonatos, gredas, arcillas rojas y arenosas,
yesos, calizas micríticas etc. De los estratos y formaciones kársticas de esta
cuenca fluvial, no se sabe todo… En los procesos de karstificación del
“Aguazal”, se han venido dando importantes procesos de acción-reacción, con interferencias entre
las aguas subterráneas y las superficiales… Este acuífero (24), por su
morfología y formación geológicas, que contienen gran cantidad de materiales
permeables, proporciona considerables cantidades de agua a captaciones,
manantiales y surgencias kársticas de las profundidades, que la drenan…
En las fotos facilitadas
por un ciudadano, preocupado por la “salud” de este singular ecosistema,
tomadas en inmersiones “a pulmón”; que prefiere permanecer en el anonimato, y
una vez descartado que se trate de sumideros enlodados, podemos afirmar que,
formaciones geológicas, en tramos remansados del río, a pesar de la
colmatación…, facilitan el movimiento y aporte de agua subterránea, que
“rezuma” desde los estratos más profundos, “linderos” con las capas
impermeables. De otras fotos efectuadas por distinto buceador, (también “a pulmón”), hemos creído conveniente no
presentar, ahora, la “fermentación” que “germina” en “bajos fondos…”,
arrastrados por la CORRIENTE…
Winston S. Churchill, que “dejaba el agua correr…”, con sardónicos renglones escribió: “Hay una gran corriente de simpatía y comprensión en la humanidad civilizada que lava y pule los guijarros del fondo al arrastrarlos unos contra otros, que limpia la playa de algas, cestas de fresas y latas de langosta. ¡Hurra por la corriente!”.
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Jueves, 14 de Agosto del 2025
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