En estos días en los que nuestro patrimonio
natural arde en llamas en muchos puntos de la geografía del país y el fuego
arrasa pueblos enteros, llevándose por delante miles de hectáreas de montes y
cobrándose vidas humanas, la situación debería hacernos reflexionar sobre la
urgencia de que los gobiernos autonómicos inviertan más en la prevención y
conservación del medio natural.
La conservación y la protección del medio
ambiente es hoy una de las mayores preocupaciones de la humanidad, máxime
cuando los efectos del cambio climático son ya irreversibles. Y entre esos
efectos se encuentra la proliferación de incendios cada vez más virulentos. Por
tanto, los gobiernos con competencias en la materia deben situar la protección
del entorno natural entre sus prioridades y destinar una mayor dotación
presupuestaria que permita actuar tanto en invierno como en verano. De nada
sirve lamentarnos cuando no se ha actuado con anticipación y previsión, y como
dice el refrán, “acordarnos de Santa Bárbara cuando truena”.
Ahora que los incendios copan la atención
informativa y tienen en vilo a todo un país que
ve desde la impotencia como las llamas arrasan los bosques y las casas
de los vecinos y vecinas de los municipios afectados, se impone poner en valor
el capital humano con que cuenta Castilla La Mancha para preservar nuestro
medio natural. Hablamos de un cuerpo profesional de Agentes Medioambientales
formado por más de 500 profesionales que, junto a los bomberos forestales de Geacam,
se encargan en estos momentos de la imprescindible labor de la extinción de
incendios forestales, expuestos a
situaciones de riesgo y de estrés, con jornadas de más de 20 horas de
trabajo, y con el único objetivo de salvar
vidas, enseres y bienes naturales, sin que ello se corresponda con unas
óptimas condiciones laborales.
Y se ha llegado a este punto porque los y las
agentes medioambientales que prestan servicios en la Junta de Comunidades de
Castilla La Mancha, no han visto mejoradas sus condiciones labores y salariales
desde el trágico incendio de la Riba de
Saélices, en Guadalajara, que se llevó
por delante la vida de 9 Bomberos Forestales y 2 Agentes Medioambientales, hace
ya 20 años.
Fue a raíz de aquel dramático
suceso cuando, a nivel estatal se creó la UME, y en Castilla La Mancha se creó
la empresa pública GEACAM en la que se integraron los Bomberos Forestales, pero que no supuso ningún cambio para el
Cuerpo de Agentes Medioambientales. A modo de ejemplo de sus condiciones, decir que siguen acudiendo a los incendios
con los mismos vehículos que conducían en aquel fatídico día, ahora con más de
20 años y más de 400.000 kilómetros.
No cabe duda de que Castilla La Mancha cuenta
con el mejor capital humano que puede tener una administración pública para el
cuidado de su patrimonio natural. Los y las agentes medioambientales pertenecen
a un colectivo cualificado como Técnico Superior, y son quienes realizan la
primera intervención en el 100% de los incendios forestales; quienes ejercen la
dirección técnica de extinción en todos
los incendios forestales hasta que son relevados por otro personal técnico en
los grandes incendios forestales; quienes investigan las causas de los
incendios permitiendo poner a disposición judicial a sus autores… En resumen,
es el único colectivo profesional que está presente en todas las etapas de los
incendios: prevención, extinción e investigación. Y sin embargo, es el que peor
dotado está. Cuesta entender que, a pesar del complejo trabajo que desempeñan
los y las Agentes medioambientales, no estén respaldados por unos medios
materiales acordes a las tareas que realizan y unas mejores condiciones
laborales.
Ante esta realidad, la Junta de
Comunidades de Castilla La Mancha sólo se ha acordado de mejorar de una pequeña
parte técnica del operativo de incendios.
La Federación de Servicios a la Ciudadanía de
CCOO Castilla La Mancha considera que no se puede seguir en esta situación y
por lo tanto, instamos a la JCCM a que
inicie una negociación real con este colectivo, a través de sus representantes
en las mesas de negociación, que permita
abordar cuestiones que llevan muchos años esperando y que a continuación voy a
enumerar:
- El
impulso de una ley del cuerpo que regule sus funciones y que profesionalice el
cuerpo de los y las agentes medioambientales.
- La
mejora de sus condiciones salariales, que no se han tocado en 20 años, pese a
haber aumentando sus funciones, responsabilidades y riesgos.
-
Dotación de vehículos suficientes y acordes al entorno
laboral en el que prestan servicio.
- Adecuación de los centros de trabajo para que
puedan dejar su uniformidad y equipos, así como la habilitación de lugares para
lavar y desinfectar los Epis, sin que tengan que llevarlos a sus casas poniendo
en peligro la salud de sus familias.
-
Dotación suficiente del cuerpo de personal, teniendo en cuenta sus funciones y
extensión de la región.
En definitiva, abogamos por que se dignifiquen
sus condiciones de trabajo, junto a las de los trabajadores de GEACAM, puesto que ambos colectivos conforman el
operativo de extinción de incendios de
esta comunidad autónoma.
Y le recordamos a la Junta de Comunidades de
Castilla La Mancha que apostar por el medioambiente es apostar también por las
personas trabajadoras que hacen posible que disfrutemos de un entorno natural
limpio y cuidado, y que arriesgan su vida cada vez más a menudo para salvar los
montes y las zonas rurales. De esto depende también salvar el futuro de nuestro
planeta.
Carmen Juste, secretaria general de la FSC CCOO
CLM
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Martes, 19 de Agosto del 2025
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