II

Aunque no te la mande hacer Violante
y necesites muchos menos versos,
escribir una octava es pedante
y propio de patéticos conversos.
A la rima, con métrica arcaizante,
persiguen objetivos tan perversos
como mostrar que poco te has reído
sí tú identificado te has sentido.

III

La busco y no la encuentro,
es un vacío atroz, un sinvivir.
No tengo inspiración para escribir
un madrigal (¡qué horror!, lo encuentro).
Como el de ese Gutierre me concentro
de Cetina, es de muy mala inquina,
lo que nos ha pedido la rutina
del profesor. Ayuda, por favor.
La busco y no la encuentro, gran error.
No tengo ni una triste idea divina.

IV

Aunque aquí lo disimule,
soy tan solo un impostor
que finge ser escritor.
Deja que yo recapitule.
Puede que ahora acumule
mil libros como autor,
pero tengo en mí un censor
que provoca que me anule.
La verdad, he de admitir
que es un defecto brutal.

V

Mi procastinación no es estulticia
ni es incapacidad para el poema.
No soporto que digas qué impericia,
mejor terminaré con el dilema:
me niego a formar parte del sistema.
¿Que la métrica sea cotidiana?
¡Vamos! Estoy tan harto de este tema
que nunca escribiré una espenseriana.
No quiero rimar hoy ni tampoco mañana.