Opinión

Mr. Robot: Una distopía postmoderna

Luis Manuel Serrano Novillo | Viernes, 22 de Agosto del 2025
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Allá por 2016, cuando Netflix estaba en su auge, llegó una serie de la mano del canal estadounidense USA Network cuya primera temporada fue algo único. Sin embargo, tras esa primera temporada, la gente se olvidó de ella y hoy en día es una joya infravalorada, a la sombra de muchas otras, pero que para un servidor ha acabado convirtiéndose en una de las mejores: Mr. Robot.

Creada por Sam Esmail y con un reparto formado por Rami Malek, Christian Slater, Carly Chaikin, Martin Wallström, Grace Gummer, Portia Doubleday y BD Wong, entre otros, nos adentramos en Nueva York, concretamente en nuestra sociedad previa a la IA y al inicio de las redes sociales. Ahí conocemos a Elliot Alderson, programador de día en AllSafe y hacker de noche. Cierto día conoce a una persona, un tal Mr. Robot, quien le propone unirse a una sociedad de hackers conocida como FSociety para acabar con E Corp, o como la llama Elliot, Evil Corp.

Creo que en su día nadie se esperaba esta serie. Sam Esmail es un creador infravalorado y eclipsado por otros como David Chase, Vince Gilligan, Matthew Weiner o incluso Jesse Armstrong. El modo en que cuenta su historia y, sobre todo, la dirección de los capítulos —todos dirigidos por él— son sublimes, y me atrevería a decir que están incluso mejor dirigidos que Breaking Bad. Esmail utiliza todo el lenguaje cinematográfico y una fotografía sobresaliente para adentrarnos en estos outsiders. Muchos capítulos son únicos en su estilo. Hay varios que me parecen espectaculares, como el quinto episodio de la tercera temporada, rodado enteramente en plano secuencia, o el quinto de la última temporada, donde los actores no hablan y, a partir de ahí, se construye la trama del episodio. Es más, el propio Esmail juega muchas veces con situaciones oníricas y con la imaginación del protagonista, de tal manera que tenemos un episodio entero como una sitcom de los años 80 al estilo de ALF.

La serie también es inesperada porque, en cuanto crees que ya sabes de lo que va, Esmail le da una vuelta de tuerca para sorprender al espectador de forma grata y dejarte con las manos en la cabeza.

En cuanto a las actuaciones, de todo lo que ha hecho Rami Malek, para un servidor este es su mejor papel hasta la fecha. Fue la razón por la que Bryan Singer se fijó en él para que después acabase interpretando a Freddie Mercury. Malek es extraordinario interpretando a un personaje introvertido y con intenciones ocultas. En el fondo, lo único que quiere es hacer un lugar mejor, aunque sus métodos no sean los más apropiados. En el caso de Christian Slater, dando vida a Mr. Robot, y sin querer desvelar nada de su personaje, su peso es muy importante y sus intenciones son claras desde el primer momento en que le conoces: acabar con Evil Corp, aunque para ello tenga que arruinar la estabilidad económica y social del país. Lo mismo podría decirse de Darlene, Dom, Tyrell, e incluso de Angela y White Rose, pero eso os lo dejo a vosotros para que lo descubráis.

Ahora bien, la serie trata una temática que no a todos puede convencer: el tópico favorito del Joker, la sociedad.

En este mundo gobernado por corporaciones, poderes psicológicos, intereses sociales y actualmente por la aparición de la IA, no es de extrañar que en nuestro mundo el mayor héroe sea un hacker, alguien capaz de sacar a la luz los secretos más perturbadores de los poderosos, de ese 1% del 1% que juega a ser Dios mientras adormece al ciudadano de a pie para que no levante la cabeza y mire a su alrededor.

En parte, esto me recuerda muchísimo a V de Vendetta, donde en una distopía gobernada por fascistas el mayor héroe es, ni más ni menos, que un terrorista con ideales anarquistas. Así que no me extrañaría que Sam Esmail se inspirara en la obra maestra de Alan Moore y, concretamente, en nuestra sociedad actual para hacer su serie. En eso, y en cierta película cuyo nombre no puedo mencionar (es su primera regla).

Mr. Robot también habla de enfermedades mentales tales como la depresión, el trastorno de personalidad y la identidad de uno mismo, de tal manera que cada capítulo explora a cada personaje, en especial a Elliot.

Es curioso cómo son las cosas, pero ahora os pregunto: ¿y si ya estamos viviendo en Mr. Robot? Pensadlo por un segundo, porque teniendo en cuenta que ya vivimos gobernados por grandes magnates como, por ejemplo, Trump, o que la propia carrera espacial ahora solo la llevan empresas como Amazon o Tesla, a mí me parece más que evidente. En el fondo, pienso que tanto Philip K. Dick como Alan Moore y actualmente Sam Esmail tienen razón: vivimos dormidos y aún no hemos despertado de este letargo onírico.

En conclusión, me sorprende muchísimo que no se hable más de esta serie. Es quizá la más infravalorada que conozco, junto con Penny Dreadful. Lo mejor de todo es que es muy corta: únicamente cuenta con 4 temporadas y un total de 45 episodios. Actualmente está disponible en SkyShowtime. Es verdad que su segunda temporada, aunque sigue explorando a sus personajes, no hace avanzar demasiado la trama. Pero si la superáis, llegaréis a la tercera temporada y os aseguro que ahí encontraréis calidad de la buena. Solo os pido que le deis una oportunidad, porque os garantizo que no os arrepentiréis.

 

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