Fue al filo de la primera parte cuando se abriría el marcador, en un golazo de Monterde que cabalgó por el carril del ocho, para llegar hasta el vértice del área, desde donde se sacó un zapatazo sobre la portería de Adri López para convertir el 0-1 y hacer resonar el mazazo sobre la mesa. Obligados a reaccionar, saltó el Yugo Socuéllamos con más ímpetu a la segunda parte, subiendo sus líneas hasta cerca del medio campo, para conseguir recuperar la bola en la zona caliente de la construcción.

Mediada la segunda mitad, la tendría Miguel Serrano en el área pequeña. El delantero, tras un gran centro desde la izquierda, remataba sobre el portero alicantino que se convirtió en el héroe para los suyos.

Esta buena ocasión espoleó a los de Jacinto Trillo que se fueron a buscar el empate. Cerca estuvo de llegar la igualada en el minuto 69, cuando un balón peinado lo recogía Marcos Legaz en el vértice del área pequeña, para disparar cruzado sobre la portería pero sin encontrar la dirección deseada.

Tuvo que ser en un saque de banda como el equipo hiciese el 1-1. Carlos García hizo volar la pelota hasta al área chica, para encontrar el remate de Hujo, que puso el pie para colar la pelota en la meta rival con incertidumbre, pero que sirvió como si hubiese entrado por toda la escuadra.

Poco duró la alegría en el Paquito Giménez, ya que casi de inmediato acabaría llegando el 1-2 en una buena contra de Orihuela, que se encontró con un mano a mano frente a Adri López, que resolvió el portero en primera instancia, pero que aprovechó Solsona en el rechace para batir sin oposición la meta socuellamina.

Lo intentaron todo los locales con demasiada precipitación sobre un cuadro alicantino que supo aguantar, ralentizando el paso de los minutos con ese oficio necesario cuando las diferencias se acortan en un puño.

Murió el Socuéllamos en campo contrario, demostrando que le sobra corazón, pero, de momento, le falta la claridad que exige una categoría como la Segunda RFEF.