Opinión

Otra manera

Ramón Serrano G. | Domingo, 12 de Octubre del 2025
{{Imagen.Descripcion}}

Con pasión, no con cariño,

te busqué muchas mañanas;

mi ansia no era de niño,

ni mis ideas eran sanas.

Me sentía desconcertado

por tu forma y tu figura

que ambas eran de mi agrado

y mucho más tu hermosura.

Te anhelaba sin respeto,

para mí no eras mujer

sino tan sólo un objeto

que quería poseer

llevado por la lujuria,

por la libido arrastrado,

obrando de forma espuria,

a ciegas, obnubilado.

Pero en un extraño día,

cansado ya, fruncí el ceño,

al tener siempre ese empeño

con total monotonía,

y por rara circunstancia,

de forma no intencionada,

olvidaste la mirada

con tu normal elegancia,

y esa forma de mirar,

esa expresión de tus ojos,

me hizo postrarme de hinojos

y comenzarte a adorar,

empezando a adivinar

dónde estaba tu grandeza:

no tan solo en tu belleza

sino en tu forma de obrar.

Y en poco tiempo advertí

que era tu genio y tu forma,

tu bien hacer y tu norma,

lo más hermoso de ti;

que tu manera de ser

en mi yo provocaría

algo que no empecería

mi culto hacia ti, mujer.

Bastaría con que al mirarte

me tornases la mirada

y la dejases clavada

de mi alma en cualquier parte,

y si siendo generosa

quisieras llevarme al cielo,

mírame, ese es mi anhelo,

que no prefiero otra cosa.

Así pues, querida mía,

preciosa hada hechicera,

te llevo en el alma mía,

mas de distinta manera.

164 usuarios han visto esta noticia
Comentarios

Debe Iniciar Sesión para comentar

{{userSocial.nombreUsuario}}
{{comentario.usuario.nombreUsuario}} - {{comentario.fechaAmigable}}

{{comentario.contenido}}

Eliminar Comentario

{{comentariohijo.usuario.nombreUsuario}} - {{comentariohijo.fechaAmigable}}

"{{comentariohijo.contenido}}"

Eliminar Comentario

Haga click para iniciar sesion con

facebook
Instagram
Google+
Twitter

Haga click para iniciar sesion con

facebook
Instagram
Google+
Twitter
  • {{obligatorio}}