Entre los asistentes se encontraban también el concejal de Festejos, Manuel Marquina, miembros de la asociación y voluntarios de la AECC.

Un legado que perdura

Durante su intervención, Inés Losa destacó “el testimonio de compromiso y humanidad” que el Belén Viviente ha dejado en la ciudad, “despedimos con tristeza esta asociación, pero con la alegría de haber disfrutado de su trabajo y su entrega. Han sabido representar la Navidad con alma y con arte”, subrayó.

La concejala también valoró la solidaridad del colectivo, señalando que “no siempre sucede que una entidad, al desaparecer, dé vida a otra con un gesto tan generoso”.

El deseo de un fundador ejemplar

Visiblemente emocionada, Mari Carmen Fernández, vicepresidenta de la asociación, recordó a Luis López como “el alma mater del Belén”, recordó que “fue su ilusión, antes de marcharse, que el dinero de la asociación se donara a la AECC. Todos tenemos cerca a alguien que ha sufrido esta enfermedad, así que lo hacemos con orgullo y gratitud.”

Fernández explicó que el grupo se disuelve por falta de relevo generacional ya que “muchos jóvenes se fueron a estudiar, otros formaron familia… y quedábamos los mayores. Pero lo hacemos con la alegría de lo vivido”.

Un donativo con valor humano

Por su parte, Mar Morcillo, presidenta local de la AECC, agradeció profundamente el gesto, “no es solo la cantidad, que es más que buena, sino el apoyo, la cercanía y el cariño. Este donativo se destinará a atención oncológica y prevención. Entre todos lograremos que cada vez sean menos los que pasen por esta enfermedad”.

Morcillo aseguró además que este final puede ser solo una pausa, “el Belén Viviente volverá, porque cuando algo se hace con el corazón, siempre renace”.