Como cada 25 de
noviembre desde 1999 volvemos a recordar que la violencia machista no es una
suma de casos aislados, sino que es la vulneración de derechos humanos más
extendida y normalizada de nuestra sociedad. Es una violencia estructural que
atraviesa nuestras vidas y nuestras instituciones. Desde el feminismo llevamos
décadas señalándolo, pero ahora lo hacemos en un contexto especialmente
desfavorable: una reacción patriarcal creciente que, desde la extrema derecha y
los gobiernos que la extienden, quiere devolvernos al silencio.
El silencio que
Audre Lorde advertía que no nos protegería a las mujeres está siendo hoy
reivindicado por quienes utilizan el lenguaje de la “protección” para
restringir libertades y cuestionar leyes que salvan vidas. En Castilla-La
Mancha, lejos de ser una región moderna y progresista, las mujeres siguen
recorriendo cientos de kilómetros para poder abortar, esperando meses por una
mamografía o viendo cómo se borran los derechos LGTBIQ+ y feministas del nuevo
borrador del Estatuto de Autonomía.
La interrupción
voluntaria del embarazo en Castilla-La Mancha: un derecho en papel pero no en
la práctica.
Han pasado dos
años y medio desde que se aprobó la reforma de la Ley del Aborto (LO 1/2023) de
la que fuera Ministra de Igualdad, Irene Montero. Sin embargo, en Castilla-La
Mancha no se cumple con ella al no garantizar el derecho al aborto en la
sanidad pública, obligando a las mujeres a tener que recurrir a clínicas
privadas concertadas.
En una región con
casi dos millones de habitantes, hay dos clínicas privadas: la clínica Iris, en
Albacete, y la clínica CIRE, en Miguelturra. El resto de mujeres de Cuenca,
Guadalajara y Toledo deben desplazarse a Madrid o Valencia para ejercer su
derecho, el cual debería estar garantizado en cualquier hospital público sin
barreras económicas, logísticas o morales.
La desigualdad
territorial y el incumplimiento de la ley es violencia institucional. Y no sólo
se incumple la ley, es que no hay ninguna voluntad de que esto cambie.
“Sólo sí es sí”:
el Consentimiento, materia suspensa en la región.
La Ley del “solo
sí es sí” ha transformado el marco jurídico nacional al situar el
consentimiento en el centro y garantizar una atención integral a las víctimas
de violencia sexual. El gobierno de CLM se ha dedicado sistemáticamente a
cuestionarla, sin embargo, aún no se ha puesto en marcha un plan específico de
aplicación. No se ha reforzado la formación de los profesionales mientras que
sí ha alimentado discursos alarmistas que sólo fortalecen al machismo.
A esto se le suma
el abandono de los centros de Crisis 24h, que deberían estar funcionando ya en
la región con financiación estatal. Pero en la región no tenemos aún estos
centros, no contamos con una atención inmediata, psicológica y jurídica, para
las víctimas de violencia sexual.
Esta situación es
alarmante, sobre todo si tenemos en cuenta que en España los datos son los
siguientes:
-
Se
denuncian 14 violaciones y 500 víctimas de violencia de género al día.
-
Desde
2003, más de 60 mujeres han sido asesinadas al año, y en este año 2025 han sido
36.
-
Los
delitos sexuales son los que más crecen, por detrás de los ciberdelitos.
-
El 57,3%
de mujeres han sufrido algún tipo de violencia, y el 70% de las jóvenes entre
18 y 30 años ha sufrido violencia digital.
Salud de las
mujeres: abandono y caos.
El machismo
institucional tiene una de sus manifestaciones en la manera en que se atiende
la salud de las mujeres. En Castilla-La Mancha hemos sufrido retrasos e
irregularidades en los cribados de cáncer de mama, falta de transparencia y
saturación en la atención primaria, lo que refleja que la precarización de los
servicios públicos expone a las mujeres a riesgos evitables.
El deterioro de
la sanidad pública, unido a la precarización de las profesionales que sostienen
los servicios de atención a víctimas (psicólogas, trabajadoras sociales,
abogadas, etc.) demuestra que sin inversión pública no hay protección real
frente a la violencia machista.
La desprotección del colectivo LGTBIQ+.
La reforma del
Estatuto de Autonomía, impulsada por PP y PSOE, ha excluido deliberadamente los
derechos LGTBIQ+. Había una alternativa, blindar en el Estatuto la diversidad
sexual y de género, ofreciendo protección real frente a la discriminación, el
reconocimiento explícito de derechos trans y la garantía de unas políticas
activas en lugar de simbólicas. Pero se tomó la decisión de dejar al colectivo
desprotegido y expuesto en un momento en el que avanza el odio y el
señalamiento.
El feminismo sí
nos protegerá.
Cada año, miles
de mujeres son asesinadas, violadas y acosadas por el mero hecho de ser
mujeres. Cada día, más de 500 mujeres en España denuncian violencia de género.
Cada semana vemos cómo la extrema derecha avanza con su agenda de odio, cómo
critican al feminismo a la vez que lo instrumentalizan para generar aún más
odio, como sucede cuando lo utilizan para justificar el racismo institucional.
Y mientras, gobiernos como el de Castilla-La Mancha se mantienen cómplices con
su silencio y sus actos.
Este 25N, frente a silencios, pactos con la derecha y recortes en derechos, las feministas respondemos con más igualdad y más feminismo. Respondemos señalando a quienes nos desprotegen. El silencio no protege a las mujeres, el feminismo sí.
Irene Arcalá Tarriño. Coordinadora
y Secretaria de Feminismos y LGTBIQA+ de Podemos Castilla-La Mancha
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Martes, 25 de Noviembre del 2025
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