El Café de la Glorieta vivió este martes una de esas noches
en las que el arte contemporáneo decide romper cualquier expectativa. A
las 20:30 h, la Cía. Peninsular La Sombra del Oso —integrada por Sonia
Ruiz, Ángel Simón y Rodrigo Casillas— desplegó “Magari Caprino”, una performance
de espíritu abiertamente dadaísta que se sumó a la exposición “Magari” del
Colectivo Alalimón, visible en el local hasta el 15 de diciembre.
La intervención retomó a los personajes de su obra teatral “Cuando
las cabras juegan a los dados”, encargo del Ayuntamiento de Tomelloso para
difundir la obra literaria de Félix Grande, Francisca Aguirre y Guadalupe
Grande. Así, Leónidas, Blanquita y Trajano, tres cabras sin memoria
y con exceso de energía, tomaron por completo el espacio.
El público, dentro de la ficción
Uno de los ingredientes esenciales fue la interacción
directa con los asistentes. Las cabras se mezclaron entre mesas, subieron y
bajaron escaleras con el público a cuestas e hicieron del café un territorio
imprevisible. Entre estados de ánimo cambiantes —euforia, tristeza,
nerviosismo, incomprensión y hambre—, los intérpretes construyeron una
atmósfera tan divertida como desconcertante.
En el centro de la acción: un tapete para jugar a los dados…
al que le faltaba una esquina. Una desaparición sospechosa que, según
las cabras, podría atribuirse a una cuarta integrante del rebaño que jamás
apareció. El diálogo pausado, repetido tres veces, y en ocasiones
inconexo, reforzó ese juego metateatral donde nada parecía tener sentido y, al
mismo tiempo, todo invitaba a preguntarse por el propio proceso de recordar.
La performance culminó con un gesto tan absurdo como
revelador: las cabras entregaron a los espectadores un cuestionario
sobre lo que creían haber presenciado. Las respuestas, guardadas por la
compañía, formarán parte de futuras representaciones, ampliando así el
carácter vivo y mutable de la pieza.
Una clausura brillante para Alalimón
“Magari Caprino” supuso la cuarta y última intervención
artística de la exposición “Magari”. La propuesta, que enriqueció
notablemente la muestra cultural, servirá de material para el catálogo
final que recopilará imágenes y textos de todas las acciones, con un prólogo
escrito por Sonia Ruiz.
Una noche, en definitiva, en la que Tomelloso volvió a
demostrar que su escena cultural no teme al riesgo ni a la experimentación,
incluso cuando las protagonistas son tres cabras que no recuerdan nada… o quizá
lo recuerdan todo.
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Miércoles, 3 de Diciembre del 2025
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