En ese artículo señala que «la IA, la automatización y la robótica podrían reemplazar casi 100 millones de empleos en Estados Unidos durante la próxima década, incluyendo al 40% de los enfermeros titulados, el 47% de los camioneros, el 64% de los contables, el 65% de los asistentes de enseñanza y el 89% de los trabajadores de comida rápida, entre muchas otras ocupaciones».

Igualmente formula como un peligro que los más poderosos económica y socialmente dominen esta nueva tecnología a través de sus corporaciones y por ello se pregunta: «¿Dará aún más poder a los oligarcas que controlan la tecnología? ¿Resultará la IA en una invasión masiva de nuestra privacidad y libertades civiles?».

Por esto pone de manifiesto claros peligros para la democracia: «¿Estamos llegando al punto en que cada llamada que hagamos, cada correo electrónico y mensaje que enviemos, toda la investigación que hagamos en internet estará disponible para los propietarios de IA? ¿Cómo sostenemos una democracia bajo esas condiciones? ¿Cómo protegemos la privacidad?».

Todas estas preguntas y otros argumentos más son los que le llevan a solicitar una acción legislativa que prevenga y/o afronte tales riesgos, de los que podría sospecharse que todavía no parecemos muy conscientes.